Mario Valle
Un cambio de giro hizo la dupla entre la productora Cultura Capital y Los Contadores Auditores (los autores, directores y diseñadores teatrales Juan Andrés Rivera y Felipe Olivares). En conjunto ya habían estrenado una serie de montajes, de diversos resultados, como “Vivo por ella”, “Morir de amor” y “Las Madonnas”, en los que predominaba la comedia condimentada de populares temas musicales.
Con “Avalancha” dan un vuelco hacia lo dramático. Una historia dura y sin concesiones. La música está presente, pero no es lo principal. Solo un complemento de lo que caracteriza al personaje central.
Este montaje se grabó a principios de marzo con varias cámaras y con todas las prevenciones sanitarias. Es un híbrido entre cine y teatro, con buen manejo de la iluminación y de los distintos encuadres. Es atractivo además el juego de espejos que se utiliza en algunas escenas. Una acertada dirección audiovisual de Álex Waghorn.
“Avalancha” es la historia de un transformista que lleva ese nombre y que fantasea con que lo homenajean transmitiendo su show a Hispanoamérica. Eso da el pie para que vaya contando su vida marcada por la sobrevivencia y el abandono. Va apareciendo así su doble personalidad (Avalancha y el hombre tras el personaje) sus amores, sus sueños, sus fantasmas y su relación con su familia y con la muerte. En esos instantes interactúa con otros personajes interpretados por Carmen Disa Gutiérrez, Gonzalo Beltrán y Dayana Amigo. Esta última brinda una grata sorpresa en un rol de corte dramático, ya que parecía encasillada en la comedia, y la actriz sale muy bien del paso demostrando su capacidad en otro registro.
El papel principal recae en Gabriel Cañas, quien asumió este gran desafío. El arte del transformismo no solo implica la caracterización, sino además una buenas dosis de canto, baile, actuación y humor con visos de stand up. Cañas se preparó, y se nota. Ya antes había dado cuenta de sus extraordinarias condiciones de actor y cantante (“Mercury, la leyenda”, por nombrar una). Claro que aquí lo musical es secundario. Solo interpreta tres populares canciones: “Evidencias”, de Ana Gabriel; “Amor eterno”, de Juan Gabriel, y “Yo no soy esa mujer”, de Paulina Rubio, de las que además hace una recreación propia dándoles un sello particular. También cumple en lo coreográfico; muy buena la escena en que baila con Beltrán, un coreógrafo profesional. En lo puramente actoral, resulta sobresaliente, siendo uno de sus mejores trabajos hasta ahora. Impregna al personaje de todo su dolor y patetismo, sin exagerar ni sobreactuar. No es usual en la escena nacional ver este tipo de personajes. Inolvidable es la Lulu de Tomás Vidiella en “Cabaret Bijoux”, a la que ahora se suma, sin dudas, esta Avalancha de Gabriel Cañas.
Esta obra, con una duración de cerca de una hora, es una reivindicación del arte del transformismo; pero no solo eso, además desenmascara la situación de seres marginales que no han tenido mayores oportunidades y que se aferran con una rabia contenida a sus mínimas vidas, pese a los obstáculos que han debido sortear. “Avalancha porque he arrasado con la vida y he enfrentado lo que se me ha puesto en el camino”, como explica el personaje el significado de su nombre artístico. Buen resultado logra este cambio de giro.
Teatro Nescafé de las Artes. Próximas funciones 15, 16 y 17 de abril, a las 21:00 horas. Entradas disponibles en Ticketek.cl.