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Sábado 10 de abril de 2021
Muere Igor Stravinsky
Un escandaloso debut en París, con pifias, la intervención de Claude Debussy para apaciguar a los espectadores y los afligidos sollozos de Maurice Ravel, tuvo la “Consagración de la Primavera” en 1913. Tiempo después, el ballet sería considerado una obra maestra. Y su autor, el compositor de origen ruso Igor Stravinsky, catalogado como uno de los grandes genios musicales contemporáneos. Tanto así, que muchos admiradores lo llamaban “el Picasso de la música”.
El 10 de abril de 1971, “El Mercurio” informaba que cuatro gondoleros transportarían sus restos hacia el cementerio de San Michele en Venecia: “Fallecido hace tres días en Nueva York, a los 88 años, había expresado el deseo de ser sepultado cerca de la tumba de Serguéi Diáguilev, fundador de la célebre compañía de ballet ruso, quien le ayudó en los comienzos de su carrera”.
Justamente musicalizando dichas coreografías, Stravinsky impactó al público europeo en la primera década del siglo XX, “pasmado ante los chocantes acordes de su música, hechos poesía alada en los pies del bailarín Vaslav Nijinsky y teniendo como telón de fondo obras de arte salidas de los pinceles geniales de pintores impresionistas”.
Nacido en San Petersburgo, nacionalizado francés y luego estadounidense, se recordaba que el artista refrescó y dio nuevos bríos al mundo musical con sus numerosas innovaciones: “Fue uno de los artífices de la música contemporánea, abriendo con sus partituras rumbos a nuevas formas de expresión melódica”.
Su abundante y extraordinariamente variada obra fue coronada con los máximos laureles, entre ellos la medalla de oro de Sibelius —una especie de Premio Nobel de Música— y el Premio Sonning.
El compositor de “El pájaro de fuego” se refugió en Estados Unidos desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y después, dio conciertos en lugares como la Unión Soviética, Israel y Europa.
El 15 de abril de 1971, gondoleros venecianos ataviados con camisa blanca, pantalón azul y faja negra le rindieron el último homenaje en la ciudad que amó y donde se estrenaron cuatro de sus obras.
El 10 de abril de 1971, “El Mercurio” informaba que cuatro gondoleros transportarían sus restos hacia el cementerio de San Michele en Venecia: “Fallecido hace tres días en Nueva York, a los 88 años, había expresado el deseo de ser sepultado cerca de la tumba de Serguéi Diáguilev, fundador de la célebre compañía de ballet ruso, quien le ayudó en los comienzos de su carrera”.
Justamente musicalizando dichas coreografías, Stravinsky impactó al público europeo en la primera década del siglo XX, “pasmado ante los chocantes acordes de su música, hechos poesía alada en los pies del bailarín Vaslav Nijinsky y teniendo como telón de fondo obras de arte salidas de los pinceles geniales de pintores impresionistas”.
Nacido en San Petersburgo, nacionalizado francés y luego estadounidense, se recordaba que el artista refrescó y dio nuevos bríos al mundo musical con sus numerosas innovaciones: “Fue uno de los artífices de la música contemporánea, abriendo con sus partituras rumbos a nuevas formas de expresión melódica”.
Su abundante y extraordinariamente variada obra fue coronada con los máximos laureles, entre ellos la medalla de oro de Sibelius —una especie de Premio Nobel de Música— y el Premio Sonning.
El compositor de “El pájaro de fuego” se refugió en Estados Unidos desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y después, dio conciertos en lugares como la Unión Soviética, Israel y Europa.
El 15 de abril de 1971, gondoleros venecianos ataviados con camisa blanca, pantalón azul y faja negra le rindieron el último homenaje en la ciudad que amó y donde se estrenaron cuatro de sus obras.
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