Con nueve largometrajes a la fecha, Nuri Bilge Ceylan se ha convertido en el más importante cineasta turco y uno de los mayores del mundo. Sus películas suelen ser largas, altamente dialogadas, sofisticadas y exigentes, y contrastan la modernidad intelectual de sus personajes con el paisaje rústico, a menudo de bordes ancestrales, en un continuo ajuste de cuentas político, psicológico y moral. Su referencia constante es Chéjov, aunque en Sueño de invierno están presentes otros autores -Shakespeare, Dostoievski, Voltaire, Sartre- que aparecen como chispas aquí y allá.
Ceylan consigue que nada de esto parezca subrayado ni pedante. Su trama es sencilla, aunque múltiple. Aydin (Haluk Bilginer) es el dueño del hotel Othello, un original albergue desarrollado en las rocas cavernosas de los montes de Capadocia a donde llegan sobre todo turistas extranjeros. Con él viven su esposa, la joven Nihal (Melisa Sözen), y Necla (Demet Akbag), su hermana separada, además del personal del hotel. Aydin ha sido actor de teatro, escribe columnas para un diario local y reflexiona acerca de la pobreza estética del pueblo que lo rodea. Además, es rico, y mantiene algunos conflictos con los arrendatarios de sus casas.
Aydin vive retirado del mundo, con toda la libertad para ejercitar su espíritu crítico y su moral civilizatoria en el arcaico mundo que lo rodea. El relato está estructurado en tres grandes segmentos que también forman sus líneas convergentes. El primero presenta el conflicto de un arrendatario asediado por la pobreza, al que Aydin dedica una distante atención; el segundo desarrolla un enfrentamiento moral con su hermana Necla, y el tercero desata la energía destructiva con su esposa Nihal. En gran parte, estas confrontaciones se desenvuelven en largos diálogos inteligentes, pero cada vez más hirientes. La otra parte es cómo Ceylan filma eso, el peso que le da al espacio, la densidad del ambiente, el grosor de los pequeños gestos.
El gran tema de Ceylan es el artista-intelectual, pero visto ya no solo desde sus tensiones creativas -como es más o menos usual-, sino desde sus dimensiones más incontrolables, la petulancia, la superioridad, el egoísmo. Su centro es la proximidad del artista con las formas menores y cínicas del mal. Nadie ha ido tan lejos en esta investigación dolorosa y pertinaz en torno a la moral del talento.
Sueño de invierno no es una película corriente: es una carga de profundidad en las raíces más profundas de la modernidad. Una bomba sin más consuelo que una vaga, deseable e improbable idea del bien, como solo pueden ofrecer las obras maestras.
Kis UykusuDirección: Nuri Bilge Ceylan.
Con: Haluk Bilginer, Melisa Sözen, Demet Akbag, Ayberk Peckan, Serjat Kiliç, Nejat Isler, Tamer Levent, Nadir Sarabicak. 196 minutos.
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