El artista chino Ai Weiwei es bien conocido por su condición de disidente del régimen comunista y por sus vehementes provocaciones estéticas en el mundo de las artes plásticas. Menos sabido es que también estudió en la Academia de Cine de Beijing, donde fue compañero de figuras prominentes, como Chen Kaige, Zhang Yimou y Zhang Jinzhan. Con esa experiencia, opina que “ser cineasta en China es una broma”. Desde el 2004, en su currículo figuran 16 películas, todas documentales. En el 2020, cuando estrenó
Coronation, dirigió otros dos largos, ¡Vivos!, acerca de la desaparición de 43 estudiantes en México en 2014, y Cucarachas, sobre el enjuiciamiento de ciudadanos de Hong Kong en Beijing.
Solo una proporción menor de sus metrajes ha sido filmada por Ai. Su método es el de un autor-editor, que recolecta materiales según estándares concordados, ahora desde Berlín. Para
Coronation participaron 15 fotógrafos que rodaron furtivamente en Wuhan en los inicios de la pandemia del covid-19. Ai dice haber reunido 500 horas de metraje, desde los primeros días del confinamiento total de esa ciudad, el 23 de enero del 2020, hasta tres meses después, el 8 de abril.
El relato está lábilmente estructurado en dos partes. Tras impresionantes imágenes del Wuhan paralizado que acompañan al título, sigue a una pareja que procura llegar a la ciudad en medio de una tormenta de nieve por una carretera desierta. Es una introducción al espacio de lucha contra el virus, con médicos equipados como astronautas y un gigantesco hospital modular que se construye a toda velocidad. Se trata de un largo segmento que registra la enorme organización que mueve el régimen chino para encerrar y derrotar la epidemia… como se sabe, con éxito.
Una segunda parte muestra las rutinas de la población enclaustrada, incluyendo las denuncias acerca de la demora con que el gobierno reconoció la existencia del virus y las exigencias del Partido Comunista para el personal que entra en la lucha médica. Hay un segmento donde una veterana militante comunista increpa a su hijo por creerle a su celular y no confiar en el partido. La señora es tajante: Mao le enseñó a su generación que el partido vela por todos. El hijo, porfiado, le muestra imágenes que ella se resiste a ver.
De momento,
Coronation es lo mejor que se ha filmado acerca de la pandemia que marcó el 2020. Es posible que haya productos aún desconocidos, pero este relato un tanto deshilvanado, desequilibrado e intencionado, es un retrato vívido y vibrante de la forma en que un régimen totalitario cuida y oprime, vigila y protege, controla y asfixia, en medio de una emergencia que pone a prueba todos los circuitos de una sociedad.
Ai ha denunciado que algunas de las mayores cadenas de streaming, así como algunos festivales europeos, se han negado a proyectar Coronation, debido a las eventuales quejas del gobierno chino.
Advertencia final: en Chile, por ahora, solo se exhibe hoy y mañana.