Despacho antes del partido en Asunción. Y espero luego celebrar el triunfo de Coquimbo “como local” y, también, saber cómo actuaron sus dirigentes en el choque de reglamentos que sacó al club de su estadio. Como se sabe, eran ellos los llamados a conseguir las autorizaciones para que el chárter de DyJ pudiera aterrizar y despegar desde el aeropuerto La Florida de La Serena. Quienes celebramos los triunfos de los equipos chilenos y lamentamos sus derrotas, queremos una buena victoria y una buena explicación.
También queremos que Francis Cagigao atine con la elección del nuevo entrenador de la Selección Nacional. Él, normalmente un “foot hunter”, ahora será “head hunter”. Que le vaya bien y que ignore a los que han llegado a la insensatez de proponer a Sebastián Beccacece, y ni salude a los que han superado esa insensatez al considerarlo seriamente. Si lo considera, empezará muy mal con la opinión pública y con la mayoría de los comentaristas, empezando por el que esto escribe. (No he conocido a nadie de apellido Cagigao, nuestro actual director deportivo nacional).
¿Qué más queremos? Que el país siga existiendo si Colo Colo desciende. Nadie puede asegurarlo, porque el club albo nunca ha descendido. ¿Y si el país desaparece? ¿Caeremos todos al mar? Pero no desaparecerá. Hace décadas que centenares de políticos lo vienen intentando y no lo han conseguido. Así es que Aníbal Mosa puede respirar y descender tranquilo.
Otra cosa para la lista de deseos: que la Católica siga creciendo como institución. Su caso es notable y, hay que decirlo, lo es desde siempre. Nació grande. Los planes para San Carlos de Apoquindo, sumados a su notable campaña deportiva de los últimos años, la llevan a una nueva cima histórica y ponen a Juan Tagle en la línea de Manuel Vélez, el admirable dirigente de los años 60 y 70. (Vélez, a quien admiré, también creía que el club fue fundado en 1937. Y lo admiro igual).
Otro deseo: que se aclare la situación de Unión La Calera y el caso de suplantación de identidad de un jugador en pruebas de covid. Es un caso gravísimo, un delito, y podría ser la gran oportunidad de poner a alguien tras las rejas.
Otro más: que se piense en un entrenador chileno para el seleccionado, aunque sonaría extraño traer a un experto desde Inglaterra para que encuentre al sucesor de Rueda … aquí. ¿Hay chilenos? Ronald Fuentes parece una buena carta, con una idea futbolística clara y probada, además de personalidad para imponerse en un vestuario díscolo. También Jorge Pellicer, que no se sabe por qué no está en algún club, salvo por su pecado de no ser argentino. Pero eso es involuntario y debe ser perdonado. Y hay más. No tantos como candidatos a constituyentes pero hay.
Supongo que este miércoles hemos despertado celebrando.