No se sabe aún si el entrenador Reinaldo Rueda, que es un caballero, se despedirá por Zoom o vendrá al país, para hacerlo personalmente. Ya será comunicado, mientras se va en cámara lenta y sin apuro, mientras se activa la búsqueda del reemplazante.
Para la ANFP, entre las varias opciones, el de Sebastián Beccacece es un buen nombre, pese a la demanda en proceso contra la ANFP y pese a que prosperó y se enriqueció a la vera de Jorge Sampaoli, cuando el presidente Sergio Jadue les modificó los contratos e infló la cambucha las veces que se lo pidieron.
La ocasión la pintaban calva y eran tiempos exitosos, repleto de loas, escasas críticas y un horizonte despejado de escrúpulos, así que la cosa era pedir y cantar.
La alternativa Beccacece debería descartarse de antemano, sin necesidad de explicaciones, por algo que es de respeto y de no repetir errores, por razones que involucran un futuro limpio y no remiten a las sombras del pasado que siguen siendo largas y protectoras del círculo de Jadue, que algún día será juzgado. Dicen que dicen.
Un requisito, para el nuevo entrenador, es que hable español, se entiende que como lengua materna y primera, y no segunda o tercera, ni aprendida más o menos, como el caso de Mirko Jozic.
Una de las primeras labores del español Francis Cagigao, director deportivo nacional, será ayudar con rastreo y cedazo, debido a su experiencia previa como ojeador de futbolistas y cazatalentos. “Un jugador entra por la nariz”, declaró. No se le preguntó por dónde entra un director técnico, porque ni él lo sabe, ya que es primera vez que se involucra en la búsqueda de uno.
La mecánica del difícil proceso está en marcha.
Una vez resuelto el nombre, vienen otros pasos, que ya son clásicos.
Lo hizo Pizzi, lo hizo Rueda y lo va a hacer el que llegue, después de sus vacaciones merecidas, llega a Juan Pinto Durán, al viejo y al típico, y a los días arriba su equipo, que es de esperar sea sin parientes incorporados.
Empieza el análisis de los jugadores a distancia, pero hay que hacer las cosas seriamente y rápido, porque el tiempo y los desafíos apremian.
¿No se podrá hacer por Zoom, estamos en pandemia? No, porque no hay nada como el contacto humano y para eso se traslada vía aérea, en primera clase o en clase ejecutiva, a España, Italia, Alemania e Inglaterra (ojo: Bravo está en el Betis), entonces partamos de nuevo: España, Italia y Alemania, porque no hay nada como el cara a cara, la confianza y la cercanía. En la segunda etapa se cubriría México y Estados Unidos.
El nuevo director técnico hispanoparlante pide viajar acompañado, porque desea aprovechar integralmente una travesía de trabajo multipropósito.
Este es el diálogo internacional:
Un argentino: “Francis, ¿me acompañás?”.
Un español: “Hombre, faltaría más”.
Pagan los chilenos que quieren ir al Mundial de Qatar.