La última semana de 2020 se fue con postales del fútbol chileno. Everton cometió un error en la planilla de inscripción en su partido frente a Universidad de Concepción y lo más probable es que pierda el punto ganado; Ariel Holan, castigado por su expulsión ante Audax Italiano, usó un intercomunicador radial antes de la igualdad con Wanderers y ahora Universidad Católica tendrá que demostrar en el Tribunal de Disciplina de la ANFP que el handy solo lo ocupó a las 20:25 del miércoles 30.
A estas dos situaciones de contingencia se agrega el grave error del directorio de la ANFP y, en menor medida, de los nuevos ejecutivos de la corporación, que sobrepasando los estatutos, permitieron que Colo Colo y Cobreloa pagaran en cuotas las sanciones emanadas de los organismos jurisdiccionales de Quilín.
La ley es conocida por todos y los tres involucrados son responsables, aunque el principal es la ANFP. Tal como en la suspensión del partido entre los albos y Antofagasta, el directorio exhibe desconocimiento de las normas. Ahora se mete en un zapato chino, quedando a disposición de sus opositores, que sí recitan los estatutos, reglamentos y bases, pero además otorga un arma a los cuadros que pelean el descenso en la tabla de posiciones de 2020, que pedirían la resta de puntos para Colo Colo.
En el caso del Cacique y los nortinos, en el momento en que la ANFP, a través de su secretaría ejecutiva, les anuncia que pagarán en cuotas, de inmediato tendrían que haber dicho “muchas gracias, pero no corresponde”.
La llegada de 2021 deja a la selección nacional sin entrenador. Se intentó maquillar la salida de Reinaldo Rueda, pero la realidad es que se buscó su partida y filtraron informaciones falsas e interesadas, que este diario develó.
Es quizás la hora de la generación de Francia 98. Ronald Fuentes acompañado de Miguel Ponce es una opción. Su campaña en Unión Española e historia con la Roja lo avalan. También su fútbol y sistemas de entrenamiento. José Luis Sierra con Pedro Reyes demuestran su vigencia en Palestino, un equipo que juega y gusta, tal como lo hizo en Santa Laura. El “Coto” carga con el injusto mote de “Coto Siesta”, creado después de su conflicto con Humberto Suazo en Colo Colo. Gustavo Huerta, exayudante de Nelson Acosta en Francia y en el bronce de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, con plena vigencia en Cobresal, es un nombre. Los futbolistas y sus pares lo respetan. Eso vale mucho.
Jorge Pellicer, con sus dos títulos (UC y Huachipato) y participaciones internacionales, es otra alternativa. El uruguayo Martín Lasarte, con sus campañas en la Católica y la U, pero ante todo con su dignidad con la profesión, no sería un despropósito.
La selección no está para experimentos. Rueda dejó un trabajo importante. Generó el recambio defensivo, encontró el arquero suplente (Gabriel Arias), consolidó a Erick Pulgar, tejió hasta lograr que convivieran los enemistados después de la eliminación de Rusia y metió a Chile en semifinales en la Copa América. Si alguien pensaba en el tricampeonato en Brasil 2019, claramente no ve fútbol y menos sigue el rendimiento de nuestros internacionales y la competencia interna.
A diferencia de etapas anteriores, no se parte de cero.