Cuando Gustavo Huerta dirigía a Deportes Antofagasta, los “Pumas” se interesaron por un delantero. Iba todo bien encaminado hasta que el actual entrenador de Cobresal detuvo la gestión. El atacante solicitaba un “premio” por no descender y el exzaguero dijo de inmediato que el jugador no servía por su falta de ambición. Era cierto que los albicelestes apuntaban a estabilizarse en la categoría, pero la cabeza tenía que estar en cuestiones mayores, porque el deporte se trata de eso, de mirar más allá, aunque sin desconocer la realidad.
El ejemplo sirve para poner en su justa dimensión la anticipada broma del Día de los Inocentes que escuchamos esta semana. Desde Colo Colo surgió la información que el presidente, Aníbal Mosa, incentivaría al plantel con un bono por evitar el descenso. Como en el Cacique, a partir de la llegada de una agencia de incomunicaciones, propiedad de Juan Carvajal, todo es secretismo y ocultamiento de la información, no sabemos si hubo tal desatino.
A tanto llega el descriterio, que una funcionaria de la empresa tuvo la tupé de cuestionar a un periodista del CDF, porque en una nota, luego de un partido, el reportero consultó a un jugador sobre los problemas entre el plantel y la dirigencia y los líos del vestuario.“Solo tienes que preguntar de fútbol”, fue la interpelación de alguien que en ese momento dejó de ser periodista.
En cuanto al acicate, estaríamos en presencia de una falta de respeto a la historia del club más ganador y popular del país. Un nombre que forma parte del alma de Chile, capaz de alegrar y cambiar el rostro de buena parte de los ciudadanos, en especial de los más pobres.
Esto es fútbol y una mala campaña es posible. Nadie pensó que este mal tranco los conduciría a pelear por mantenerse en la división, pero a esta altura, con 10 partidos en el calendario, el descenso es más que plausible. Sin embargo, esta contingencia no implica olvidar de qué se trata formar parte de Colo Colo. Su obligación es pelear arriba, meterse siempre en la Copa Libertadores o en su defecto, llegar a la Copa Sudamericana. Un estímulo económico por no bajar es una vergüenza para la casi centenaria tradición del Cacique.
Hubiera sido bueno que en la rueda de prensa del miércoles 23, en vez de enviar al joven Jeyson Rojas, alguno de los más antiguos o mayores del plantel en actividad, porque no son referentes del club, hubiera dicho de inmediato que rechazaban la idea y que el solo hecho de militar en Colo Colo bastaba y sobraba para afrontar con el mayor esfuerzo y dignidad la tarea de evitar la caída a Primera B. En rigor, vestir la camiseta alba es un honor. Tampoco es saludable escuchar al entrenador Gustavo Quinteros hablar de teorías conspirativas, que buscan el perjuicio de Colo Colo. ¿Alguien en su sano juicio puede decir tamaña barbaridad? Un alza o baja de presión llevó al otrora defensor a sostener una locura de esa magnitud…
P.S. Referentes son los que hicieron grande al club: Enrique Sorrel, Jorge Robledo, Manuel Muñoz, Misael Escuti, Enrique Hormazábal, Jorge Toro, “Chamaco” Valdés, Carlos Caszely, Severino Vasconcelos, Lizardo Garrido, Jaime Pizarro, Esteban Paredes. Se escapan varios, seguro, pero las cosas en su lugar.