Cuando Felipe Fernández decidía lanzar la tercera edición (¡tercera!) de su libro Historia de Coquimbo Unido ¿pensaba, creía, imaginaba, le tincaba que el club estaría a fines de diciembre luchando por ser finalista de la Copa Sudamericana? No lo sé. El autor del prólogo, y de eso doy fe, no tenía idea. Sólo se alegraba de la campaña de los coquimbanos.
En el notable desarrollo del periodismo chileno de deportes se ha producido un fenómeno muy destacable: el protagonismo que van logrando los clubes de provincia. Es a través del afán investigativo de los periodistas que el historial de las instituciones se va poniendo al alcance de todos quienes quieran interiorizarse. Muchos hoy investigan, especialmente por pasión partidaria, como Felipe Fernández, que es ingeniero comercial y que siguió los afectos futbolísticos de su padre.
A través de estas páginas he podido vivir episodios y personajes menos conocidos de los “piratas”. Obviamente, viví de cerca otros. Los de Coquimbo de los años 60, con ese notable arquero que fue Juan Carlos Moreno y un puntero que haría historia, José Sulantay, y el bravo Arturo Díaz, el “Canilla”. Y formaciones de los 70 y 80, con los brasileños Torino, Liminha y Bene. Por cierto, hay muchos más.
A lo que quiero llegar es a la profunda alegría que sus triunfos producen en la población de las ciudades y pueblos que los viven. Y el pesar, también profundo, de sus derrotas.
Las historias de los clubes de mayor popularidad, de alcance nacional, fueron las primeras en ser investigadas y contadas. Sus campañas y también sus figuras, dando lugar a una amplia producción biográfica, siguen investigándose hoy, y a ello se suman desde hace un tiempo los clubes de menor resonancia, aunque igualmente potentes en sus localidades.
Así ha sucedido en todos los países y nosotros empezamos más tarde que Argentina y Uruguay, llegando ahora a un muy buen nivel. De hecho, se están produciendo acercamientos entre agrupaciones de investigadores chilenos y trasandinos.
Es mi deseo dedicar a los que investigan y a los clubes investigados y al público privado de su espectáculo mis mejores deseos en este fin de año tan especial. Tan duro por la pandemia y por el aumento de la criminalidad (y por el manejo errático del fútbol).
Que aumenten los actos de solidaridad y que el 2021 abra con el paso de Coquimbo Unido a la final de la Copa Sudamericana.
No es un pedido, es un deseo.