Metí mi
life en un pendrive, pero se me perdió, así que estoy convertido en
sticker.
Siento nostalgia por el centro
half, el
wing y el
lineman. También por las soda
fountain y el
gin tonic, el fixture y las
sexy vamp, hasta por el
bluyín azul, porque lo de bilingüe viene de antiguo: de la transistor y el
knock out, de la miss de inglés y del
walking closet.
Me llamaron de
eichbiou y respondí de mala manera, fue por la pronunciación HBO, es que a veces me siento de
schopping en un
mall, pero sin top ten, pierdo los
tie break y nunca seré
hashtag convertido en tendencia.
No le hago al
fast food, pero sí al
happy hour y bastante al
Zoom, aunque se me cae el wifi a cada rato y todo me tirita: pera y
router, ánimo y
mouse, cañuelas y
link, aliento y Google.
Quise un
country club y en un
multi family que se parece a un
block.
Por estos días visto shorts, no sé cuándo entraron los voucher en mi vida, estoy un poco down y mantengo depresión online, puede ser el free flow. Está heavy la cuestión.
Soy un self-made man. No pago cash, no llamo a los call center, no tengo stock y nunca seré un influencer, porque carezco de Facebook, Instagram o Twitter.
Se me olvidó el snorkel, no llevo snack y así no se hace un pícnic, solo con mascarilla y smartphone. En todo caso: bonitos los shorts.
Me incorporé a un think tank de derecha y a poco andar me di cuenta que era un resort académico soft; así que ingresé a uno de izquierda y me sentí como en un reality sin TV, poca idea y puro lodge.
Quise hacerme un lifting, pero me dijeron que no sabrían por dónde empezar. Les solicité un scanner, y me dijeron que tampoco.
Creé un blog y hasta un web blog, donde decir cosas, pero al tercer día se me acabaron las news y me dio por las fakenews.
Recuerdo que a Peniléin, de nombre Carmencita, le dije que nos fuéramos de
joint venture, pero me mandó de
delivery y quedé out. Así que intenté un
close up, pero recurrió al airbag. Le pedí que me viera como un
commodity, y me permitiera un
upgrade, al menos, pero me derivó al
spam. Prefiero papelera, supliqué. Me mandó spray con la mirada y acá estoy, convertido en
muffin, exquequito.
No logré confesarme, porque el sacerdote me exigió que fuera con
spoilers.
Hace tiempo se me perdió el estatus y siempre acepto lo que no entiendo, el uso de
cookies, por ejemplo.
Regreso a
eichbiou, hago
zapping y paso por un thriller, un
talk show, un
blockbuster, voy por una sitcom y me quedo en un
stand up comedy, con eso típico: era nerd y le hacían
bullying, y ahora es
celebrity y cool.
Me convertí en un
skater, pero no encuentro el
skate park popular de la comuna, así que partí a un gym y pedí personal
training, porque lo mío es el fitness, pero más que nada el
spinning, y si me aburro me voy de
footing, y a lo más un poquito de
jogging, en las bajadas.
Necesito que alguien me haga
couching, me arregle el software o me mande un chat, pero me conformo con un barbekiu, perdonen la pronunciación:
lising, noutbuk, blutú, ritéil, praimtáim y así con el
noujáu.
Me pidieron, para terminar, que hiciera un disclousure, así que no me quedó otra: chileno y bilingüe.