Eran los que más aguantaban en el campo de batalla y en un época tan antigua como el siglo XVI. Gente de arcabuces, mosquetes y picas. Una unidad militar dura, resistente y en el corazón de los suyos, donde eran los mejores y un ejemplo de profesionales.
Eran los Tercios Viejos en ciudades y condados que terminaron en pinturas que el tiempo fue convirtiendo, cada vez más, en obras de arte: Brabante, Flandes, Breda.
¿De dónde venían? De épocas aún más remotas y de unidades como las legiones romanas o los batallones tebanos o las falanges macedónicas.
Eran la resistencia y la élite, compuesta por hombres forjados en el hierro de la infantería, es decir, primero la vida de a pie, entre el barro, siempre la necesidad y lo mucho que cuesta seguir con vida y cobrando el sueldo, en algo tan difícil como el fútbol, por cierto, porque de eso se trata. Gente, sin duda, con heridas y cicatrices. No solo físicas, también en la cabeza, y buenos recuerdos, cómo no, cientos, pero no olvidemos los malos, también cientos, con el eco de esos ofensas por chico, feo, negro, flaite, borracho, rasca, malo, roto y roto con plata, insulto enriquecido que le lleva un tres en uno de clasismo, racismo y arribismo.
En fin, son esas malditas cosas que en el fútbol se piensan, dicen y además se gritan. En otros ámbitos las cosas solo se piensan, acá no. Y por eso lo del fútbol y su cuento, es tan duro, terrible y esforzado.
Jugadores con laureles que ya no están tan verdes y de pronto como que se resquebrajan, pero ahí están, para el que los quiera ver y convocar.
¿Cuál fue la gran novedad en el Chile 2 y Perú 0, y donde estuvo lo inusual y nada esperado?
En la convocatoria a Jean Beausejour. Algo previo a cualquier microciclo, porque cero problemas con los modernos y la literatura experimental, pero primero estudiemos a los clásicos. ¿O no, profe?
Hoja papel biblia, tapa gruesa y dura, lomo ancho, letra chica y hay que comprenderlos, tenerles paciencia, escucharlos y abuenarlos. Incluso traducirlos.
No se dejan leer fácilmente, hay que ponerse en su época y nunca dejar de pensar en su largo contexto vital.
Jean Beausejour, un lateral de 36 años, y otro, Mauricio Isla, de 32.
¿Hace cuánto que Fabián Orellana convirtió el gol llamado histórico, contra Argentina, para ganar 1 por 0? Hace más de doce años y viene de esa antigua selección de Marcelo Bielsa. ¿Y qué son Arturo Vidal y Claudio Bravo?
Sobre esa gente se levanta cualquier ejército, iglesia o selección.
Esos son los Tercios Viejos