¿Quién es la persona rubia que hizo carrera política como continuación de su carrera en televisión, en el género de la farándula?
¿Quién es la persona que heredó una fortuna familiar que le ha permitido participar en la política con total soltura de cuerpo?
¿Quién es la persona que para desempeñarse en política tiene en las redes sociales su centro de operaciones?
¿Quién es la persona que utiliza el bullying, el insulto, la amenaza y la agresividad como su gran herramienta para doblegar tanto a aliados como a enemigos?
¿Quién es la persona que al argumentar en la discusión pública recurre a medias verdades, fake news, exageraciones flagrantes y mitos urbanos?
¿Quién es la persona que apuesta por el extremismo político como táctica electoral para, desde ahí, colonizar a las fuerzas moderadas?
¿Quién es la persona que divide a un país entre buenos versus malos, patriotas versus vendepatria, pueblo versus elite, creyentes versus laicos, ricos versus pobres, nacionales versus extranjeros, árabes versus israelíes, mujeres versus hombres, jóvenes versus viejos, urbanos versus rurales, aborígenes versus colonizadores, blancos versus negros?
¿Quién es la persona que concibe la política como un show permanente, como un mero juego de sensaciones, de rating y popularidad; donde cualquier payasada está permitida con tal de llamar la atención?
¿Quién es esa persona que considera que los medios de comunicación son basura si es que no transmiten lo que ella quiere y no le dan la tribuna que cree merecer?
¿Quién es la persona que ve la política como una empresa familiar y por eso procura que su pareja, sus parientes y amigos íntimos terminen incorporados en la cosa pública para así extender sus redes de poder?
¿Quién es la persona que muestra poco respeto por las instituciones tradicionales del país, que se construyeron y moldearon durante siglos con el esfuerzo de los antepasados?
¿Quién es esa persona que ve al resto como súbditos, fans, cheerleaders, incondicionales, comparsa, siervos, nietos, beneficiarios, carne de cañón, mano de obra, tontos útiles, ingenuos, escuálidos, ingrávidos y gentiles (como pompas de jabón)?
¿Quién es esa persona rubia que acapara portadas, minutos en televisión y que tiene tantos partidarios como detractores?
Esa personalidad, que ha hecho de la farándula populista la manera de hacer política, no es solo la diputada chilena Pamela Jiles. También tiene un exponente internacional que es Donald Trump, y que si bien resultó derrotado en su intento por reelegirse, su estilo y su apellido permanecerán por muchos años, por décadas, en la escena política norteamericana.
Aquí será igual. Como somos tan buenos para copiar las modas estadounidenses, ya tenemos en Chile a nuestra propia Trump, con ideología distinta, pero con los mismos malos modales democráticos. Su popularidad ha sido explosiva, igual como pasó con su alma gemela neoyorquina. Y ese estilo va para largo. Porque tal como los estadounidenses cayeron en la “trump-a”, aquí también estamos pasando por “jiles”.