¿Por qué Reinaldo Rueda nominó a Jean Beausejour para los próximos partidos eliminatorios? ¿Por qué “Bose” aceptó si él mismo se había retirado de la Roja tras la última Copa América?
Ambas preguntas fueron, sin duda, las más difíciles de responderse ante la decisión de Rueda y Beausejour —que eran los que deberían hacerlo— de no aparecer en escena pública para aclararlas.
Surgieron las interpretaciones. Los más simplistas han sostenido aquello de las “razones históricas” señalando que Beausejour, “el mejor lateral izquierdo que ha habido en la Roja”, tiene algo así como el derecho adquirido para llenar el puesto que, precisamente él dejó vacante tras su renuncia voluntaria.
Argumentación discutible. Primero porque Beausejour no es claramente el mejor lateral zurdo que ha visto la selección nacional. Al menos desde el punto de vista de la especificación técnica del puesto, tipos como Antonio Arias, Enzo Escobar, Sergio Navarro e Isaac Carrasco fueron más completos en esa función. Beausejour, en verdad, fue un delantero reconvertido por una necesidad tal como aconteció en los años 60, por ejemplo, con Hugo Villanueva, quien apuntaba a ser el competidor de Leonel Sánchez como puntero izquierdo y terminó siendo un gran lateral zurdo tanto en la U como en la selección que jugó el Mundial 1966.
Señalar, por otro lado, que “Bose” debe volver a jugar en la Roja por lo que hizo en años anteriores (los mejores de Chile en su historia competitiva, sin duda) tampoco parece ser una razón válida para llamarlo ahora en especial si, ciertamente, su nivel actual (mostrado semanalmente en la U) dista bastante del que logró en aquel tiempo. De hecho, Beausejour como lateral izquierdo hoy, técnicamente hablando, no es más regular que Eugenio Mena, Alfonso Parot e incluso que Sebastián Vegas.
Por ello es que la sorpresiva nominación y aceptación de Beausejour a volver a ponerse a disposición de la Roja habría que buscarla en otro aspecto: el de la influencia y el liderazgo que requiere urgentemente Reinaldo Rueda en su plantel.
Tal como aconteció en 2008 cuando Marcelo Bielsa acudió a Marcelo Salas en el inicio de las eliminatorias para Sudáfrica 2010, Rueda piensa que “Bose” puede ser un factor importante en la etapa de transición que vive la selección nacional.
El DT y el jugador saben que Beausejour no llegará al Mundial si es que Chile clasifica, pero sí puede convertirse en una figura relevante para alcanzar el objetivo.
En ese sentido, la nominación no es tan descabellada.
“Bose” no es un líder externo. Pero sí es un primus inter pares en forma interna. Sabe aglutinar, tiene la capacidad de enfocar las discusiones, es creíble para sus compañeros. No es un sofista, sino que un orador que convence, más que por su elocuencia, por su capacidad de razonamiento.
Y vaya que un tipo como él aparece como importante en las actuales condiciones de la Roja. Con liderazgos históricos contrapuestos y con un cambio generacional en pañales, Beausejour puede ejercer un rol imperceptible pero trascendente.
Por esta vez, a “Bose” no hay que verlo si corre con toda su humanidad y llega a la línea de fondo para levantar centros.
Hoy, su pega es otra…