En el fútbol no hay que imaginar nada. Hacerlo es un peligro.
Ahí está lo de Universidad Católica, que cuando nadie esperaba nada, después del penal en contra y la expulsión del defensa, hizo la desconocida: se conjuró, remontó y ganó a lo grande, pero el partido casi se tuerce por la primera impresión, que vino de cuando jugaron de visita en Paraguay y Sol de América demostró poco, casi nada, y el local mereció perder, sin duda, y la UC ganar con largeza.
Eso no sucedió, fue un empate a cero, pero esa idea recargada creó una realidad inexistente y existió un partido de vuelta en la imaginación, donde el rival era malito y por tanto presa fácil en San Carlos de Apoquindo, así que se podía ganar por dos goles, como mínimo, porque igual por ahí goleamos.
Los partidos, entonces, no hay que imaginarlos, hay que jugarlos.
Por eso pasa lo que pasa.
El televidente que nunca se imaginó que a los 15 minutos del segundo tiempo iban a estar perdiendo por 1 a 0 y con un jugador menos, fue el mismo que tampoco se imaginó que terminarían ganado por 2 a 1 a Sol de América.
Matías Dituro, por ejemplo, en vez de imaginar que contiene o tapa un penal, debería quedarse parado al medio y en absoluto jugarse a un lado, porque de esa forma podría atajar al menos uno de vez en cuando. En esa jugada siempre parece desconcertado, no coloca nervioso a nadie y justo por donde se mueve es por donde pasa la pelota. Le dará alguien a Dituro un consejo de amigo: “No te movái, no te imaginís cosas, quedáte quieto”.
En todo caso y ya que la imaginación es humana e inevitable, lo mejor para un entrenador es imaginarse lo peor y para eso se debe entrar con lo mejor desde el minuto cero, que es cuando debió ingresar Ignacio Saavedra, uno de los destacados jugadores del campeonato, una estrella silenciosa que cuando no está se nota, porque la UC trastabilla y tose; cuando está no se nota, porque funciona el mecanismo y la UC.
Diego Buonanotte, el mediocampista argentino, convirtió un gol con un tiro libre excepcional. Preciso, calculado y con fuerza justa. ¿Esto significa que Buonanotte, después de meses de presencias flojas y débiles, volverá a ser lo que alguna vez fue? Puede que sí o puede que no. No hay que imaginarse cosas. La realidad es la que dirá y eso es lo que único cuenta, con la receta de seguir dándole, semana a semana, golpe a golpe y paso a paso. En eso consiste todo. No hay más.
Viene Perú por las Clasificatorias, con una selección bien trabajada, soñadora y potente. La cita es el próximo viernes en el Estadio Nacional y el equipo chileno partió con las bajas de Charles Aránguiz y Gary Medel.
¿Algún deseo para tan señalado partido?
Que los peruanos se lo imaginen, mientras nosotros lo jugamos.