Cuesta entender por qué Colo Colo mantiene como asesor legal, para sus temas deportivos, a la oficina de Óscar Fuentes, exsecretario ejecutivo de la ANFP, mano derecha de Sergio Jadue, sancionado por la Corte de Apelaciones de Santiago con la inhabilitación por 15 días del ejercicio de la profesión. Una sanción durísima, que no es “por litigar”, como graciosamente explicó en sus redes sociales el abogado, sino por utilizar malas prácticas.
El caso de Universidad de Chile comienza a asemejarse al de su clásico rival. Sin el grado de beligerancia que existe al interior de Blanco y Negro, es público que el directorio de Azul Azul está fracturado desde que Carlos Heller designó como presidente a Cristian Aubert. La salida del entrenador Hernán Caputto, agudizada por una mala racha de cuatro puntos sobre 18 en juego, sin importar que el equipo marcha en el quinto lugar, en zona de clasificación a la Copa Sudamericana y con 26 unidades al concluir la primera rueda, es un gallito a favor del actual timonel.
Desde que se instaló en el sillón del CDA, antes del retorno de la competencia, Aubert manifestó en el directorio la necesidad de buscar entrenador. Se inició así un proceso de desestabilización que alteró la tranquilidad del técnico y por lógica consecuencia a un plantel frágil futbolística y sicológicamente.
Designar como gerente de operaciones a Hernán Saavedra, quien echó a Caputto de las selecciones menores de la ANFP antes que el exarquero clasificara a dos mundiales Sub 17, fue una tocada de oreja. ¿Se imagina usted que su nuevo jefe pone como interlocutor para el día a día a alguien que lo despidió? Imposible estar tranquilo. Ahí Caputto no hizo lo que correspondía: se va él o me voy yo. En este punto se refleja la carencia de oficio del entrenador, que en distintas entrevistas reconoció que el clima del club varió de manera radical con la llegada del nuevo presidente.
Aubert es libre de trabajar con quién quiera. En esa línea lo saludable era decirle a Caputto que no estaba en sus planes. Lo mismo sucede con los directores deportivos Sergio Vargas y Rodrigo Goldberg. Si no cree en ellos, lo correcto es hablarlo y pedir que se vayan. En este capítulo, muy mal los controladores Heller y Andrés Schapira. Ellos tienen que imponer la cordura e impedir que la conducción institucional se transforme en una olla de grillos.
Lo anterior se refleja en las informaciones que surgen desde el directorio. Después que Martín Lasarte declinara, por atendibles motivos, a retornar a la U, Aubert propuso a José Luis Sierra y la secretaría técnica a Rafael Dudamel, Daniel Garnero, Héctor Cúper y Jorge Pellicer. En esta lógica de pasarse facturas, se deslizó a los medios que Dudamel fue el candidato de Heller. Lo concreto es que Garnero era inalcanzable, Cúper —disputó dos finales de Champions con el Valencia— paró las negociaciones porque se sintió utilizado y Pellicer llegó hasta la última resolución.
Es una apuesta Dudamel por su olvidable y corto ciclo en Atlético Mineiro, pero su ambición es grande. El mapa lo veremos a fin de temporada. Hoy el piso es de 26 puntos y mantenerse en zona de clasificación a torneos internacionales.