Imagino que ahora leen la columna mientras piensan en levantarse para ir a votar. O quizás estén en la fila del centro de votación. O vienen llegando de sufragar y hacen hora esperando el almuerzo. Y piensan en los resultados de la noche: ¿Ganará el Apruebo o el Rechazo? ¿La Convención total o la Mixta? ¿Con qué diferencia?
¿Podrán esta vez declararse todos ganadores… como siempre ocurre en las elecciones? ¿Con qué imagen nos iremos a dormir en la noche? ¿Podremos conciliar el sueño?
Escribo estas líneas el viernes 23 de octubre de 2020 en la tarde; pero ya trato de imaginar ese domingo en la noche. Los distintos escenarios, las caras de la gente, las reacciones.
Y se me ocurrió poner por escrito “relatos” que podrán transmitirse cuando ya se conozca el recuento de votos. A ver si alguno les sirve para irse a dormir en calma.
Resultado 1. Gana el Apruebo 60-40: La “derrota triunfal”. Cualquier resultado así (65-35 también vale) hará destapar champaña a los partidarios del Rechazo. Será igual como cuando el “Chino Ríos” perdió a puros tie-break contra el número 1 del mundo Pete Sampras en Roland Garros. Nadie daba un peso por el chilenito de 18 años, pero a partir de ese día se hizo famoso a nivel mundial. Tiempo después el “Chino” le quitaría el cetro a Sampras. Lo mismo con el Rechazo. Nadie parece dar un peso por esa opción, por eso, si logra sacar más de un tercio de los votos (que es la proporción mágica, constitucionalmente hablando), sus votantes podrán dormirse conformes.
Resultado 2. Gana el Apruebo 90-10: La “profecía de Longueira”. Me da miedo ese resultado. No tanto por lo que pueda pasar en las calles (aunque de seguro el PC y el FA querrán que el plebiscito pase de “constituyente” a “destituyente” y pedirán la caída del Gobierno), sino por la reacción de Pablo Longueira. Saldrá a decir que el 90-10 fue gracias a él, porque él logró alinear a casi toda la derecha detrás del Apruebo y que, por lo tanto, él merece un homenaje transversal de todos los sectores. Pedirá que reemplacen al general Baquedano por una estatua de él, que haga justicia a sus líneas angulosas de cara. Se le verá en la madrugada del lunes riendo y rodando por el pasto seco de Plaza Italia envuelto en la bandera mapuche y empapado en pipeño.
Resultado 3. Gana el Rechazo 51-49: La “mayoría silenciosa” al poder; el grito de la “voz del silencio”; la “revolución silenciosa del lápiz Bic”; el “callado despertar del otro Chile”. Como este resultado es el más improbable, permite hacer más juegos con la imaginación. Si gana el Rechazo (provocando la misma sorpresa que generó el triunfo del Brexit en Gran Bretaña, o el del rechazo al Acuerdo de Paz en Colombia), habría que pensar que la mayoría de la gente observó los acontecimientos que ocurrieron desde el 18-O en adelante con un reproche mudo. Se guardó su opinión y solo la expresó aprovechando la intimidad de la cámara secreta, donde se dio el gusto de marcar su verdadera posición y no la “políticamente correcta”. Si llegase a ganar el Rechazo, creo que la imagen con la que nos quedaremos dormidos será la cara de perplejidad de toda nuestra élite dirigente.