A Eber Aquino, árbitro paraguayo, lo recordaremos por un suceso que no vale la pena reseñar ni describir, porque pasó hace pocos días en Montevideo, y las imágenes y recuerdos todavía palpitan.
Solo esperamos que se cumpla el mandamiento y que las penas del fútbol se pasen con fútbol: martes a las 21.30, ahora de local y en el Estadio Nacional, contra Colombia, por las Clasificatorias para el Mundial 2022.
En este interregno y por ahora, repitamos simplemente: Eber, te recordaremos.
Es cierto que no hay ningún niño en Chile que se llame Gunboat o Lucien y menos Eber, de ahora en adelante.
En un año tan remoto como 1925, los chilenos incrustaron entre las cejas el nombre de Gunboat Smith, un peso pesado nacido en Filadelfia y de sangre irlandesa, que después del retiro fue guardia privado, árbitro de box y al mismo tiempo actor secundario en “El gran Gatsby” (1926) o “Alas” (1927).
En una esquina Jimmy Goodrich, campeón mundial de Peso Ligero, y en la otra Stanislaus Loayza, nunca fue Estanislao en Estados Unidos y menos Tani Loayza, que después de la derrota denunció la razón de la caída: un pisotón terrible del árbitro lo dejó cojo y con el pie en la miseria. Así no se puede. Otra versión señala que el bravo combatiente enredó sus cordones en la lona y eso causó la lesión. Los chilenos le creemos al chileno y nunca olvidaremos el nombre árbitro: Gunboat Smith.
El trío de malos jueces para la final de la Copa Libertadores en 1973, fue un calvario y significó la derrota de Colo Colo frente a Independiente de Avellaneda, después de tres partidos memorables. Milton Lorenzo, uruguayo, hizo lo suyo y validó un gol impresentable, porque a Adolfo Nef y en el área chica, lo empujaron con ilegalidad y alevosía. Romualdo Arppi Filho, brasileño, le anuló un gol por fuera de juego a Carlos Caszely, aunque medio equipo argentino lo habilitaba. Y el paraguayo José Romei nos colocó la cruz, en el desempate en Montevideo, con las expulsiones y omisiones.
En el Mundial de 1998, Italia igualó con Chile, gracias a un árbitro nigerino que cobró un penal por una mano, pero la manito derecha de Ronald Fuentes estaba pegada al cuerpo y no hubo intención y ni gana alguna de cometer falta. Fue casi al terminar el partido y el árbitro era de Níger y de trigos poco limpios, se supo después, cuando investigaron a la FIFA: Lucien Bouchardeau
Con el tiempo, sin duda, perdonaremos a los árbitros, pero para eso se necesita lo natural: que avancen los años y se aplaque la rabia. Somos seres humanos. Tomémonos de las manos. Ya sabemos dónde vamos. Todo llegará.
Gunboat Smith (1887 – 1974).
Lucien Bourdacheau (1961 – 2018).
Eber Aquino (1979).