En vísperas de otro aniversario del plebiscito de 1988, diversas figuras de la exConcertación, por fin, se lograron reunir, y lo hicieron por dos motivos: recordar la gesta de hace 32 años y buscar el futuro de la centroizquierda en esa memoria compartida.
No fue fácil.
El uso de la reunión vía Zoom requería semanas de práctica y fueron hasta dos los encuentros previos frustrados, porque el escaso dominio tecnológico provocó interferencias en las voces y/o en las imágenes.
Hace meses que estaba la intención, pero una reunión cara a cara o mascarilla a mascarilla, en algún parque o sitio abierto, fueron imposibles de cumplir debido a las restricciones a la movilidad y al desplazamiento de los ciudadanos en general, y muy en particular al adulto mayor, que es la categoría en la que se inscriben las exfiguras concertacionistas.
La primera reunión por Zoom, pese a todo, y bajo el mantra del plebiscito de 1988, se logró realizar, aunque se excluyeron de la cita los mayores de 80, porque se trataba de conversar y compartir, y no de escuchar y asentir. La decisión, aunque no está confirmado, buscaba dejar afuera a una persona en particular, que anda especialmente irritable. Para darle contexto a la medida y evitar rencores posteriores, también se desplazó a los líderes de entre 52 y 68 años, es decir, a los integrantes de la generación totalmente perdida.
Concurrieron senadores socialistas de 74 y 77 años, y un DC de 76. Exministras democratacristianas de 70 y 71. Un par de exministras del PPD de 73 y 77. Exministros de Hacienda, Relaciones Exteriores o de la Presidencia, de 72, 76 y 79. Exembajadores de 77, 75 y 76.
Como es un grupo donde prima lo que hoy no existe —amistad correligionaria y confianza partidaria—, se abordaron en el inicio los temas comunes e incluso los más humanos y próximos: hiperlipidemia, triglicéridos, hipertensión arterial, diabetes mellitus y osteoporosis.
Hubo especial hincapié en el apartado accidentes caseros, evidentemente por el hábitat actual, pero también el de la época prepandemia y, desde luego, pospandemia.
Una gran idea compartida fue la de llevar un cuaderno de notas, que se puede dividir en dos secciones: al costado derecho, entonces, los remedios diarios y el número de tabletas, con sus horarios y dosis; al otro costado, se escriben recuerdos, sensaciones o ideas sencillas o bien, ideas país. Así se aseguran dos cosas automáticamente: el autocuidado, para la conservación de la capacidad funcional, y los apuntes diarios que son la base para un libro de memorias.
El tema de la disminución de los ingresos, debido a la jubilación, no fue considerado relevante.
Otros temas fueron los siguientes: artesanía casera, armado de rompecabezas, rutina de gimnasia y también gastronomía, nado sincronizado o bien integrar un coro.
La reunión por Zoom, preaniversario del plebiscito 1988, fue una muestra de la amistad cívica de la centroizquierda, algo humanamente reconfortante y políticamente relevante.
Solo en un punto no se pusieron de acuerdo: el motivo por el cual se habían reunido.