Los partidos de Primera B, la programación y lo que transmite el CDF, seguramente se deciden con algún algoritmo central y la fórmula sistematiza, calcula e iguala.
Gracias a lo matemático, entonces, los interesados quedan conformes y sin padecer injusticias, porque no van todos en vivo y en directo: se juegan siete y son tres los escogidos.
Así sucedió el jueves 17, para la novena fecha.
¿Qué decidió el algoritmo?
Unión San Felipe y Ñublense y Deportes Copiapó frente a Magallanes, ambos a las 16.00: ¿cuál se da y cuál no, ah? El primero sí. El segundo no. El santo algoritmo es el que sabe.
El comentarista y el relator contaron los goles del partido que no se dio, porque iban golpe a golpe, y Copiapó y Magallanes terminaron a 4, algo poco frecuente y excepcional.
El partido en Quillota, donde San Felipe hizo de local, iba en directo y en blanco, cuando se cobró un penal para los locales, el jugador lo lanzó a la derecha del arquero chillanejo y a poca altura. La cosa es que el uruguayo Rodrigo Odriozola fue, se tiró y atajó.
¿Resultado final? El único cero a cero de la fecha.
Pasaron los benditos días, los del 18 incluidos, y llegó otra jornada de la Primera B: la décima.
Miércoles 23 y algunos no fueron totalmente coincidentes, porque el Magallanes y Rangers, en el Monumental, empezó a las 15.00, mientras San Luis y Deportes Santa Cruz, en Quillota, a las 16.00.
El algoritmo es más serio que el oráculo de Delfos y no tan caprichoso como la lámpara de Aladino. ¿Damos el de Santiago o el de Quillota? ¿Cuál debería ir en vivo por el CDF, y cuál no iría, aaaah? El primero no. El segundo sí.
El certero algoritmo no se pierde ni en día nublado ni en noche oscura.
El comentarista y el relator, en el momento en que los encuentros coincidían, no salían de su asombro y contaban los sucesos de esa otra cancha, donde se jugó el partido que no fue en directo: 4 a 4, 4 a 5 y terminó 5 a 5 el Magallanes y Rangers, algo que se ve una vez cada década y fueron goles imposibles y un partido inolvidable.
En el que transmitían desde Quillota iba 0 a 0, para variar, y lo que son las cosas: un penal a favor de San Luis, lo patearon a la derecha del portero y a media altura, que es donde se lanzó y llegó Rodrigo Paillaqueo, guardapalos de Santa Cruz.
¿Resultado final? El único cero a cero de la fecha.
Hay que meterse con el divino algoritmo y explorar alternativas humanas.
Elegir transmitir uno de Magallanes, por ejemplo. Lógico.
Elegir por tincada y según la intuición futbolera.
Elegir los que tienen pinta de ser mejores, porque es una señal.
Digamos las cosas de medio lado, como es costumbre nacional.
El algoritmo es un tronco insensible y aburrido, que nunca le ha ganado a nadie.
El algoritmo es malo para la pelota y además juega mal.
Disparen sobre el algoritmo.