A seis meses de la declaración formal de la pandemia por parte de la OMS, el mundo comienza a retomar la normalidad. Después de la brutal caída en la actividad producto de las cuarentenas, las cifras son más esperanzadoras. El control de la enfermedad ha permitido los desconfinamientos, y junto con ellos se han retomado actividades. Aunque los rebrotes vuelan como cuervos sobre la recuperación, lo peor parece haber pasado.
Como el hemisferio norte va adelante, su ciclo de caída y recuperación es indicativo de las posibles rutas para Chile. Quizá lo más interesante está en el consumo. Mientras la peor etapa de los encierros significó una contracción generalizada del gasto de los hogares, sin distinciones, la recuperación muestra mucha diversidad entre países del norte. En Estados Unidos y Europa, el consumo se ha recuperado rápidamente, al mismo tiempo que en China el repunte no ha estado acompañado de hogares dispuestos a gastar. Más bien, ha prevalecido la frugalidad.
Estas diferencias son indicativas de las estrategias para contener la pandemia, del tamaño del esfuerzo fiscal, y del daño a las economías familiares. China ha sido mucho más reticente a normalizar actividades sociales para evitar rebrotes, mientras que los países desarrollados han avanzado con más aplomo en sus aperturas. Ello podría explicar parte de la diferencia. Por otro lado, el gasto en transferencias de los gobiernos en Europa y Estados Unidos ha sido monumental, tanto así que el ingreso total disponible de los hogares en Estados Unidos aumentó estos meses. En China, el gobierno ha sido más reticente a los estímulos, y su foco ha sido mayor en las empresas.
Sin embargo, es el posible daño económico a los hogares lo que abre más incertidumbre en China. La pérdida de empleo —que, aunque no se nota en las cifras de desempleo urbano, ha dejado a decenas de millones de trabajadores migrantes en zonas rurales—, la falta de ahorro y las deudas explican la cautela de las familias. En contraste con países desarrollados, donde el apoyo público y la riqueza de las familias han ayudado a sostener el gasto después de la apertura, los hogares en China no han vuelto a las tiendas una vez terminadas las cuarentenas.
¿Qué esperar en Chile? El impulso fiscal ha sido significativo, y sumado al uso del ahorro previsional, debiera ayudar a sostener una recuperación en el consumo en los próximos meses. Pero Chile no es un país rico, y la capacidad de sostener planes fiscales indefinidos tiene fecha de vencimiento. Por ello, la verdadera prueba vendrá con la recuperación del empleo. Para ello, más disposición a tomar riesgo y más sensatez en el debate serán necesarios.