El género de los referentes es un título sacado de la manga y desprestigiado por el uso y abuso.
Que Nicolás Blandi pertenezca a la categoría, según lo que se informa y escribe, implica que un delantero que arribó a Colo Colo el 2020 y que ha participado en menos de 10 partidos y se ha puesto con menos de 5 goles, hace una referencia al club y una alusión a la institución alba, donde mencionar a Blandi es como decir Colo Colo y nombrar a Colo Colo es evocar a Blandi.
Es tan absurda la proporción que no hay motivos racionales y menos sentimentales, como para imaginar algún tipo de mancomunión sagrada.
Lo de la Blandi solo de entiende como chiste, igual que lo de Pablo Mouche, que estuvo en el Kayserispor durante unos tres años, por lo que debería ser más referente en el club turco que en el chileno, si es que los años de contrato tienen algo que ver con la categoría.
¿Agustín Orión, referente? No hagamos bromas.
¿Matías Zaldivia o Juan Manuel Insaurralde? Seamos serios.
Un referente, si es que existe la plataforma, y no es un mecanismo torcido para colgarse medallas y pedir más sueldo, es un término que involucra a escasos futbolistas extranjeros, cuyo nombre remite a una etapa única y gloriosa del club.
No es por la cantidad de años que militó, aunque puede ser una medida.
Ni títulos logrados, que en todo caso no se deben descartar.
Y se requiere el afecto y la gratitud de la hinchada, pero no es lo único.
Hay jugadores que se conectan por carácter o porque le otorgan a un equipo lo que siempre quiso y no tuvo, por ejemplo Néstor Gorosito junto a Alberto Acosta, esa dupla, qué duda cabe, se refiere a una Universidad Católica que convirtió un sueño en realidad. Apenas salieron campeones de la Copa Chile 1995, así que un torneo secundario no es la medida de la referencia. Es otra, los de Católica la saben y ellos la pueden explicar mejor.
Qué nombres más colocolinos que Elson Beyruth, Marcelo Barticciotto o Severino Vasconcelos, y que nombres más azules que Diego Rivarola y Sergio Vargas.
Los de Unión Calera dirán, quizás, Pedro Graffigna.
Carlos Sintas los de Huachipato y Felipe Bracamonte los de Unión San Felipe, que dejan a Palestino la grandeza Oscar Fabbiani. Será Vicente Cantatore un referente de Wanderers, pese a que no era fuerza y músculo, sino elegancia y delicadeza, y pese a jugar donde jugaba: atrás y sin golpes. Estuvo en Rangers un buen tiempo, es cierto, pero en Talca, a lo mejor, se quedan con Héctor Scandoli. ¿Será Ever Cantero en Cobresal o Salvador Cabañas en Audax Italiano o Eladio Zárate en Unión Española?
En fin, no es fácil y todo es discutible, porque son nombres perdidos y cercanos, acaso cada generación tendrá los suyos, pero lo de referente, si eso existe, se esculpe en cada club y en su historia, según dicte la nobleza, el respeto y el cariño.
No se escribe en los escritorios de los clubes, con golpes de chequera y con los sucios pesos entre medio.