Los torneos cortos y con playoff se tomaron la agenda en el inicio de la semana. Lo dijo Lorenzo Antillo, el candidato a la mesa de la ANFP que discute con Pablo Milad el sillón de Quilín. ¿Cuál es el objetivo de esta postura? Vender jugadores al exterior, pero además traer futbolistas en la ventana de julio y agosto. Es el negocio de los representantes, alineados detrás del timonel de Audax Italiano.
El tema plantea un error. Los buenos futbolistas siempre disponen de mercado. Se argumenta la necesidad de afrontar más partidos, ocultando la segunda intención: en el caso de los eliminados en la fase regular, dejan de jugar en octubre o la primera quincena de noviembre y así se finiquitan los contratos.
Una discusión que parecía zanjada después de que se demostrara la diferencia entre los campeonatos de ida y vuelta y los de una rueda. Lo llamativo es que Antillo participó en la comisión que recomendó, durante la administración de Arturo Salah, el retorno a la temporada tradicional.
En estos días en que los planteles buscan la puesta a punto, extrañó que Universidad Católica no respaldara a su capitán José Pedro Fuenzalida. El “Chapa”opinó en DIRECTV como un futbolista maduro, con distancia y reflexión, sobre el espacio de los clubes grandes en nuestra realidad. Nicolás Castillo le respondió con argumentos de la barra brava. Una turba cayó desde las redes sociales sobre un deportista que encarna los valores tradicionales de la UC, los de Sergio Livingstone, Andrés Prieto, Ignacio Prieto, Alberto Fouillioux y Raimundo Tupper.
Se iba la semana cuando Universidad de Chile anunció el jueves la renuncia de José Luis Navarrete a la presidencia de Azul Azul. El hombre de confianza de Carlos Heller asumió con el incendio declarado: crisis económica, el descenso acechando, la insostenible situación del entrenador Alfredo Arias y conflictos con el mayor ídolo del club en actividad, Johnny Herrera.
El balance es positivo. Se ordenaron las finanzas, luego de restringir el presupuesto de 800 a 500 millones de pesos mensuales. En la cancha, el equipo mantuvo la categoría, aunque no se disputaron los últimos seis cotejos debido al estallido social de octubre. Por eso no es correcto decir que la U se salvó por secretaría. El que sabe de fútbol lo tiene claro.
Cristián Aubert lo reemplaza, hombre cercano a los anteriores controladores del club, Federico Valdés y José Yuraszeck. Llama la atención que Heller nombrara a alguien identificado con quienes fueron sus antagonistas. Especulaciones al margen, su designación es una provocación al periodismo y la libertad de prensa. Aubert presionó a Jorge Claro, en la anterior administración del CDF, por una nota de prensa inocua sobre los problemas para construir el estadio laico en la comuna de Pudahuel.
Dos periodistas fueron despedidos y cuatro renunciaron por solidaridad, en una acción que reflejó los abusos de poder que Chile aspira a desterrar en estos tiempos. La institución que representa el Alma Mater de la República no puede ser dirigida por alguien que actuó de esa manera y que no ofreció disculpas por el daño causado. El rector Ennio Vivaldi tiene la palabra.