Uno de los temas del momento más importante, y que cruza todo el espectro de opiniones, es el tema del apoyo estatal y gubernamental a las capas medias. No obstante que en este diario el día de ayer se publicó un informe del Ministerio Secretaría General de la Presidencia que sostiene que con las actuales ayudas del Gobierno se cubre el 75% de la clase media, existen otros antecedentes que demuestran lo contrario.
Quiero revisar con ustedes, estimados lectores, casi todas las medidas propuestas por el Gobierno y legisladas por el Parlamento, que no alcanzan a cubrir a un amplio sector de las clases medias.
Como respuesta a la rebelión de octubre se reajustó el pilar solidario en sus dos componentes: pensión básica solidaria y aporte previsional solidario, en un 50%, en un plazo de dos años. Sin embargo, tal política pública cubre al 60% más vulnerable. Posteriormente, se incrementó el sueldo mínimo en $60.000, aproximadamente, y que cubre al 50% más vulnerable.
Como respuesta social a la pandemia, la primera respuesta fue el Ingreso Familiar de Emergencia 1; aquel que sostenía un aporte de $65.000 por persona y $260.000 para una familia de cuatro individuos, que cubría al 40% más vulnerable. En paralelo vino el bono Covid, de $50.000 por carga, que cubre al 40% más vulnerable. Posteriormente, se legisló sobre el Ingreso Familiar de Emergencia 2, aquel que define el apoyo estatal de $100.000 por persona y $400.000 en un grupo familiar de cuatro individuos, y que en el mejor de los casos cubre el 60% de los hogares más vulnerables. Junto al anterior se legisló sobre los trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios, estableciéndose un corte en $500.000 promedio mensual de boletas. Bajo esa cifra, el subsidio estatal es de $100.000 por persona; sobre esa cifra, que obviamente son ingresos de capas medias, no se entregó subsidio estatal, sino un préstamo de $650.000, pagaderos en tres años con cero cuota de interés.
A una clase media endeudada en el presente, deudas futuras.
Paralelo a todo lo anterior, para el millón de cesantes actual y los 660.000 trabajadores que se acogieron a la suspensión temporal del empleo se aplica el subsidio de cesantía (creado por el Presidente Lagos, con la oposición de parte significativa de la derecha). Dicho subsidio, no obstante que beneficia a todas las clases, va disminuyendo en el tiempo, empezando el primer mes con un 70% de la última remuneración y terminando en el sexto mes, con un 30% del último ingreso.
En resumen, y como se ha demostrado, los diversos soportes de apoyo no llegan al séptimo, octavo y noveno decil de ingresos, que en su esencia corresponden a los sectores medios de acuerdo con la última encuesta de clasificación socioeconómica nacional 2017, Casen.
Para ser más precisos, dicha encuesta sostiene que el 40% más vulnerable tiene ingresos familiares iguales o inferiores a $526.000 mensuales. La misma encuesta sostiene que el 60% más vulnerable tiene ingresos iguales o inferiores a $759.000 mensuales; lo anterior, de acuerdo con las cifras mencionadas, deja fuera del apoyo al séptimo decil, que tiene ingresos familiares promedio de $856.000 mensuales; al octavo decil, que tiene ingresos promedio mensuales de $1.045.000, y al noveno decil, que tiene ingresos promedio mensuales de $1.432.000. Se deja fuera por razones obvias al décimo decil, que tiene ingresos familiares promedio mensuales de $3.200.000.
Aún más, si uno observa las cifras del registro social de hogares antes de la pandemia, este tenía inscritos 5.300.000 hogares, que sumaban 13.400.000 personas, y que significaba el 74% de la población nacional. De acuerdo con el registro, el 73% de esos hogares corresponde al 60% más vulnerable, y para estar en dicho porcentaje el registro social de hogares sostiene que estos deben tener un ingreso igual o inferior a $250.000 mensuales.
El cuadro anterior demuestra que la ayuda no ha llegado a dichas capas medias y es por eso que se han abierto en el debate diversas opciones. Por la información pública parece ser que el Gobierno se va a inclinar por un nuevo préstamo a dichas capas que, no obstante sus condiciones favorables, incrementarán el peso de su deuda. En opinión de muchos, yo creo que llegó el momento de abrirse a un retiro de un monto o porcentaje de los fondos de pensiones, devolviéndolo hasta su recuperación por la vía de un aumento en la cotización de un punto adicional durante el período de recuperación del retiro. El tiempo para apoyar a las clases medias se terminó, de hecho está llegando atrasado, y por eso es imprescindible que el Gobierno tome una decisión.