Compatriotas:
La polémica en torno a Lo que el viento se llevó (1939), que implica un revisionismo del pasado, fue el llamado de alerta que necesitábamos.
Somos chilenos interesados en la historia que ha comprobado, nunca sin estupor y siempre con desoladora tristeza, el daño que nuestro cine le ha provocado a la imagen país, por decisiones artísticas irreflexivas y descaminadas.
No permitamos que esas manchas se perpetúen, y menos ahora que con técnicas digitales se realizan ajustes que no alteran el conjunto de la obra.
No descartamos extraer o insertar quirúrgicamente un plano o dos, por ahora los diálogos nos preocupan, sin embargo, realizamos una encuesta tipo Cadem: “¿Le gustaría una imagen del Reloj de Flores en Valparaíso, mi amor (1969)?”. Estos fueron los resultados: Sí: 47%. No: 15%. No sabe: 38%.
Transcribimos un diálogo de Palomita blanca (1973) con personajes que imaginan el asalto y defensa de La Moneda:
-“Bueno, por ahí te tiro unos 100 mil proletas, poh”.
-“Más, psh, shi”.
-“Pongámosle 700 mil ¿ah?”
-“Pero estos gallitos de acá te fijái… sin armas”.
-“Vienen solitos”.
-“¿Y quién gana en esas circunstancias?”.
Nadie gana con un diálogo absurdo que altera la historia.
¿Cuál es nuestra propuesta? Mejorar esos diálogos y bajar las cifras: en vez de 100 mil: “diez proletas”; y en vez de 700 mil: “70”.
En Mi último hombre (1996), una frase que violenta la condición femenina: “Quisiera tener 15 años, ser tonta como una puerta y creer que el amor basta”.
Nuestra propuesta: “Quisiera tener 15 años, ser inteligente como una puerta y no creer que el amor basta”.
De ¡Viva el novio! (1990):
Pelado: “Mira, cuando yo voy para allá, vengo para acá. Cuando todos piensan que voy partiendo, regreso. Cuando voy…”.
Tatán: “¡Vuelvo!”.
Pelado: “No. Me quedo. Se me cruzan las cosas, ¿entendís?”.
Tatán: “No, no. No te entiendo”.
Nuestra propuesta: que el personaje de Tatán pase a llamarse Kazán.
En Caluga o menta (1990), patanes en un terreno baldío reciben a un funcionario que anuncia la construcción de áreas verdes. Ante el escepticismo de los haraganes, uno de ellos se pronuncia: “Tuvieron tanto tiempo y ahora recién se acuerdan de los locos, ahora que nos volvimos locos”.
Nuestra proposición: “Tuvieron tanto tiempo y ahora recién se acuerdan de nosotros, buena, loco”.
Por último País de octubre (1990): transcribimos líneas sugerentes, pero también preocupantes.
-“¿Cómo se representan las imágenes el 2020?”.
-“La prensa estará muerta, las imágenes estallarán”.
-“Para mí los Presidentes son arte abstracto”.
-“No me hables más del plebiscito. El tanto por ciento nos dejó imbéciles”.
Creemos en las coincidencias, pero no somos ingenuos: ¿cuál es la conexión con el Chile actual de aquellos que hace dos décadas inventaron estos diálogos? ¿No estaremos descubriendo el ovillo de una red secreta y posiblemente internacional?
Nuestra viril propuesta: supresión inmediata de esos diálogos, y al mismo tiempo, y sin dilación de ninguna especie, solicitar una investigación a fondo, y con consecuencias.
Hemos dicho.