Me demoré en despedirlos, por la pandemia, pero también para comprobar que no existía letra pequeña, y ahora que estoy seguro les extiendo unas merecidas palabras a esos diputados que no podrán ser reelegidos como diputados. Ojo al charqui.
Advierto que un político jamás abandona la política, sino hasta cuando la política los abandona a ellos. Y como no es el caso, asumo que Matías Walker (DC), Juan Luis Castro (PS) y Javier Macaya (UDI), incluso apuesto doble a uno, son candidatos al próximo Senado y dos salen y uno se pierde.
Guillermo Teillier (PC), en su fuero interno, si eso existe, quisiera no irse de ninguna parte y quedarse para siempre. Nada más latoso y pegote que comunista viejo. No lo digo yo, sino los comunistas jóvenes, porque esos viejos se creen reliquia y no son más que cachureo. Igual lo postulan al Senado.
El destino laboral de Pepe Auth (Independiente) es de analista político, comunicador estratégico y calculista electoral. ¿Qué se estudia para ser eso? Nada. Es el misterio del arte de la política, y no sea ignorante: no hay nada más difícil.
Pido justicia para Patricio Melero (UDI). Todos los “coroneles” fueron senadores: Longueira, Novoa, Chadwick y Coloma, excepto Pato. Merece equidad y quiere competir. Si pierde, no me echen la culpa a mí, eso sí.
El único José Pérez (PR) que veo fue un entrenador argentino que sacó campeón a Wanderers.
De Ramón Barros Luco quedó el sándwich, pero de Ramón Barros Montero (UDI) no veo ni siquiera un canapé.
La ida de Jorge Sabag (DC) alivia a su partido, porque nunca se avino con las órdenes ni la cultura partidaria. “Su papá fue gran político y si Jorge no hubiera sido hijo de Hosain, jamás habría sido diputado”. Tampoco lo digo yo, es una cita de la Biblia Demócrata Cristiana.
A Ignacio Urrutia (Partido Republicano) creo que nunca más lo volveré a ver.
Digamos que Fidel Espinoza (PS) fue presidente del PS en Llanquihue, antes dirigió la JS de Llanquihue y todo partió en Llanquihue, ¿usted qué cree? Por supuesto se presenta al Senado.
A Marcelo Schilling (PS), en el futuro, no lo veo en ninguna parte.
A Issa Kort (UDI), en cambio, en demasiadas partes.
Celso Morales (UDI). No sé si es alcance de nombre, pero el único Celso Morales que recuerdo fue un paraguayo que jugó por Iquique o Antofagasta. En una palabra: malito.
A René Saffirio (Independiente) me gustaría no verlo más.
René Manuel García (RN) fue inolvidable cuando se iba a las manos y se ponía como quique, según el dicho campesino. Heredero del pensamiento agrario rural y por eso nunca se le vio un
uppercut, un
jab o un
swing, sino aletazos, chopazos y lo más fino fue un chirlito.
A José Miguel Ortiz (DC) lo veo en cama, cuidándose, y tomando chuño líquido.
A Fernando Meza (PR) lo veo pensando en escribir sus memorias, pero espero que no lo haga, por el bien del partido.
A Hugo Gutiérrez (PC) lo veo escribiendo sus memorias, pero espero que no lo haga, por el bien de la escritura.
A Marcela Sabat (RN) me gustaría verla más.
A Gabriel Silber (DC) lo veo y no lo creo.
Los veo y seguiré viendo.
No hay hora del adiós, solo es un hasta luego.