Platón: Dinos tu nombre.
Liberty: Liberty Valance.
Sócrates: Cuando estés entre nosotros serás Simplicio.
Platón: ¿Te gustaría ser de Esparta, Tarso o acaso de Siracusa?
Simplicio: ¿Puedo elegir?
Sócrates: Cada hombre labra su destino.
Platón: Cada hombre cosecha su sembradío.
Simplicio: ¿Ya empezamos?
Sócrates: A eso viniste.
Platón: Dulce Simplicio, ¿qué es lo que más abunda: preguntas o respuestas?
Simplicio: Preguntas.
Sócrates: Estás equivocado.
Simplicio: Respuestas.
Platón: Equivocado.
Simplicio: ¿Dónde está la salida del laberinto? ¡Me interno y pierdo! ¡Ayuda!
Sócrates: ¿De qué lugar serías tú?
Platón: ¿De Rodas, Samos o acaso de Mileto?
Simplicio: Sería Simplicio de Tiltil o Simplicio de Cochamó.
Platón: Mejor de Alejandría y déjate de tonterías, que estamos en la Grecia clásica.
Simplicio: Disculpen mi estulticia. Diálogo es lo que pido y mendigo.
Sócrates: Serás Simplicio de Alejandría, pero te llamaremos Simplicio.
Simplicio: Me preocupa el destino de la polis, de mi polis. Asolados por la peste y después por el porvenir.
Sócrates: Crece como junco que se dobla y resiste.
Platón: Esto repite: estoy como tallo que permanece.
Sócrates: Estoy como vara que ni cruje ni se rompe.
Simplicio: Estoy con la caña y necesito la filosofía.
Platón: ¿A veces te sientes inútil?
Simplicio: En ocasiones.
Sócrates: ¿Qué tanto?
Simplicio: Más inútil que lápiz de pasta verde.
Platón: Por los dioses: ¡qué inútil!
Simplicio: Es que la peste es implacable, cruel y poderosa.
Sócrates: Pensé que poderosa, cruel e implacable.
Platón: Y yo, en cambio, que era cruel, implacable y poderosa.
Simplicio: ¡Qué intrincado es el mundo! Ya que estoy acá: ¿podría pasar por el oráculo?
Sócrates: ¿Sacaste número y hora?
Simplicio: ¿Hay que hacerlo?
Platón: La gente como tú, gentil Simplicio, eso necesita para vivir: número y hora.
Sócrates: Así es como se ordena la polis.
Platón: Y también el oráculo.
Simplicio: ¿Es cierto que de las crisis brota lo mejor del ser humano?
Platón: Fíjate, cándido Simplicio, si lo mejor viene solo o acompañado.
Sócrates: Lo ideal es solo.
Platón: Ya somos demasiados.
Simplicio: Duermo mal y sueño peor.
Sócrates: Me hago cargo de tus falencias, carencias y privaciones.
Platón: Y yo de tus carencias, privaciones y falencias.
Simplicio: ¡Son tantas mis privaciones, falencias y carencias!
Sócrates: Delicado Simplicio, ¿el modelo que vistes y que bien te luce: es toga o túnica?
Platón: Creí que túnica tipo toga, pero ahora creo que toga tipo túnica.
Simplicio: No me toquen el modelo.
Sócrates: ¿Podemos tocar el resto?
Platón: Lo haríamos con respeto.
Simplicio: Mejor que no.
Sócrates: A lo mejor otro día.
Platón: ¿Volverás?
Simplicio: Volveré.