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Viernes 22 de mayo de 2020
La hípica celebra un regreso muy esperado
Gerentes, preparadores, jinetes y locutores dan sus testimonios de la reapertura en plena pandemia, jornada que calificaron como “emocionante”.
A las 12:35 horas de ayer, el partidor del Sporting Club abrió sus puertas tras 65 días. Cincuenta y ocho segundos después, Time After Time —montada por Luis Rodríguez— cruzaba el disco en primer lugar. Con un dividendo de $1.90, era la favorita. La trifecta, que es acertar los primeros tres puestos, fue bastante más atractiva: $167.940.
“Fue una jornada muy especial”, reflexiona Claudio Gómez, locutor oficial del recinto viñamarino. “Di la bienvenida, una bienvenida muy emocionante. Cuando se paralizó la hípica, la idea era que en el regreso estuviéramos todos. Pero faltan, faltan propietarios que fallecieron y otros hípicos anónimos que también se fueron... Los recordé a ellos”, agrega.
El programa consideró 15 competencias. Se disputó un clásico, en la novena carrera, ganado cómodamente por Ídolo Máximo. Y hubo un reclamo también: en la octava, Mamaine —que terminó primera— fue castigada por “abrir en los últimos metros”. Lauriado se quedó con los honores.
“Durante este tiempo hubo mucha incertidumbre, porque no tuve trabajo y había que pagar cuentas”, reconoce Mauricio Olivares, relator del Sporting, donde trabaja hace 44 años. “Tengo 60… Imagine la felicidad de hacer otra vez lo que a uno le apasiona”, detalla.
En el mundo de los jinetes también había alegría, aunque pocos estaban tan contentos como Rodrigo Vergara: en octubre se fracturó el húmero, y cuando ya tenía montas contratadas cayó la pandemia. “Seguí trabajando, galopando, pero no era lo mismo. Fue muy bonito volver a correr. ¿Las mascarillas? Se empañan un poco las antiparras, nada grave”, dijo.
La competencia, que se disputó sin público, consideró medidas de extremo cuidado. “El salón de eventos se habilitó para los jinetes locales, mientras que los de Santiago se ubicaron en otro. No había propietarios, periodistas ni fotografías en la pelousse, para los ganadores… Tampoco había dónde comer. Pero habrá que acostumbrarse: entre esto y no correr, mejor esto”, explica el preparador Osvaldo Urbina.
“Fue un éxito desde el punto de vista de la aplicación de los protocolos sanitarios. Hemos sentado las bases para seguir corriendo”, afirma Mauricio Maurel, gerente general del Sporting.
–Las apuestas solo fueron por internet y telefónicas. ¿Satisfecho con los resultados?
“Fueron en aumento luego de algunos ajustes en las plataformas. Nuestra estimación está en alrededor de $20 millones por carrera. Claramente es bajo lo habitual, pero razonable considerando las condiciones actuales”.
Ya con luz artificial, y pasadas las 20 horas, se cerró la jornada. No hubo golpe: Roman War respondió a su condición de favorito. Pagó $3,20.
“Fue una jornada muy especial”, reflexiona Claudio Gómez, locutor oficial del recinto viñamarino. “Di la bienvenida, una bienvenida muy emocionante. Cuando se paralizó la hípica, la idea era que en el regreso estuviéramos todos. Pero faltan, faltan propietarios que fallecieron y otros hípicos anónimos que también se fueron... Los recordé a ellos”, agrega.
El programa consideró 15 competencias. Se disputó un clásico, en la novena carrera, ganado cómodamente por Ídolo Máximo. Y hubo un reclamo también: en la octava, Mamaine —que terminó primera— fue castigada por “abrir en los últimos metros”. Lauriado se quedó con los honores.
“Durante este tiempo hubo mucha incertidumbre, porque no tuve trabajo y había que pagar cuentas”, reconoce Mauricio Olivares, relator del Sporting, donde trabaja hace 44 años. “Tengo 60… Imagine la felicidad de hacer otra vez lo que a uno le apasiona”, detalla.
En el mundo de los jinetes también había alegría, aunque pocos estaban tan contentos como Rodrigo Vergara: en octubre se fracturó el húmero, y cuando ya tenía montas contratadas cayó la pandemia. “Seguí trabajando, galopando, pero no era lo mismo. Fue muy bonito volver a correr. ¿Las mascarillas? Se empañan un poco las antiparras, nada grave”, dijo.
La competencia, que se disputó sin público, consideró medidas de extremo cuidado. “El salón de eventos se habilitó para los jinetes locales, mientras que los de Santiago se ubicaron en otro. No había propietarios, periodistas ni fotografías en la pelousse, para los ganadores… Tampoco había dónde comer. Pero habrá que acostumbrarse: entre esto y no correr, mejor esto”, explica el preparador Osvaldo Urbina.
“Fue un éxito desde el punto de vista de la aplicación de los protocolos sanitarios. Hemos sentado las bases para seguir corriendo”, afirma Mauricio Maurel, gerente general del Sporting.
–Las apuestas solo fueron por internet y telefónicas. ¿Satisfecho con los resultados?
“Fueron en aumento luego de algunos ajustes en las plataformas. Nuestra estimación está en alrededor de $20 millones por carrera. Claramente es bajo lo habitual, pero razonable considerando las condiciones actuales”.
Ya con luz artificial, y pasadas las 20 horas, se cerró la jornada. No hubo golpe: Roman War respondió a su condición de favorito. Pagó $3,20.
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