Sergio Marchant (58) es uno de esos jugadores que el hincha de los 80 y los primeros años de los 90 recuerda siempre. Los de buena técnica, con buena pegada, precisos en el pase y ejecutantes de tiros libres poseen un carisma especial. Más aún si son zurdos, porque por alguna razón insondable en los misterios del gusto futbolero, los que rematan con la pierna izquierda corren con ventaja en la admiración popular.
Marchant murió ayer. Se fue en Antofagasta, la tierra que adoptó como propia después de recorrer clubes de Primera División y del ascenso, donde se transformó en el ídolo de la hinchada “puma” en la segunda mitad de los 80, pero sobre todo en la campaña de 1990. No era rápido, poseía movilidad para recibir siempre libre, en especial en la última etapa de su carrera, cuando los futbolistas dejan la intuición y comprenden el juego. Es el momento en que se abren a los costados para recibir perfilados, con la cancha de frente.
Tipo simpático, que trataba de “figura” a sus interlocutores, representa un jugador en extinción. Llano, accesible al trato con la prensa y los hinchas, estuvo en Antofagasta entre 1989 y 1991. De inmediato generó un lazo indisoluble con la ciudad. Retornó en 1995, quedándose hasta 1998, cuando colgó los botines.
Los datos de “Lucho” Reyes, periodista del diario As, dicen que debutó por Unión San Felipe en 1980. Del “Uní Uní” pasó a Fernández Vial en 1985. Eran las temporadas en que el “almirante” daba la batalla en Primera División con muchos gladiadores, pero con un zurdo fino que la clavaba en los ángulos con sus tiros libres o que buscaba la cabeza de un compañero en los córners y tiros libres desde las orillas.
“Lucho” se sorprende y comparte los impactantes números de Marchant. Anotó 150 goles, de los cuales 40 fueron en la serie superior. En la revisión inicial aparecen siete de tiro libre, para 271 encuentros en Primera. Como buen estadístico, seguirá buceando hasta “limpiar” la data. En el conteo global son 27 los de tiro libre.
En 1990 estaba en estado de gracia. En la Copa Chile del ascenso fue campeón con Antofagasta, al superar en la final a Puerto Montt 2-1. Jorge Siviero era el técnico. En ese torneo se cuadró con 16 goles, aprovechando la innovación de los tiros libres sin barrera a 20,3 metros del arco. En el campeonato oficial de Segunda División convirtió 15 goles y cuatro en la liguilla de Promoción. Con justicia hablamos de un 10 con gol.
Por esas cosas de la vida, Sergio Marchant se va un día después que el humilde club que lo instaló entre sus ídolos festejó 54 años. Su ficha cita además a Naval, Deportes Temuco, Wanderers, Rangers y un regreso a San Felipe. También estuvo en la selección nacional que llegó a cuartos de final en los Juegos Olímpicos de 1984. Disputó cuatro partidos en Los Angeles. Ese mismo año concurrió a la Merlion Cup de Singapur, cuando los combinados de Chile y Argentina protagonizaron una mocha de manual.
En la memoria quedará un zurdo que conducía con el borde externo, de cabeza levantada, melena ochentera y que le pegaba como los dioses. Un 10 de la vieja guardia.