La cuarentena se ha convertido para todos en un ejercicio constante de adaptación. Nos hemos habituado al uso de mascarillas, a lavarnos las manos incontables veces al día, a mantenernos distantes en las calles y a hacer encuentros virtuales con nuestros cercanos utilizando la tecnología de computadores y teléfonos móviles.
También nos estamos acostumbrando a ver una televisión que se hace acorde a la emergencia sanitaria: sin posibilidad de grabar en sets ni con cámaras HD, animadores, actores y figuras de la TV, en general, aparecen ahora desde sus casas siendo camarógrafos de sí mismos e intentando darles coherencia a los diálogos que se mantienen entre constantes desfases de imagen y sonido.
“Casa estudio”, el programa que debutó esta semana en CHV, representa esta nueva forma de hacer televisión y su objetivo es simple: entretener a un público sometido 24/7 al dramatismo informativo de los canales y generar empatía mostrando cómo viven la cuarentena las figuras de la TV. Jean Philippe Cretton lleva la conversación desde su living y a pantalla dividida se va mostrando la actividad diaria de otros rostros. Así, Millaray Viera canta con su hija mayor, Julieta, o deja que Celeste, la menor, le maquille hasta las orejas; Cristián Riquelme aparece diariamente sobrepasado por las labores del hogar y los hijos, y Emilia Daiber cocina o da alguna receta hasta que su guagua se pone a llorar y tiene que partir a contenerla.
Se producen múltiples errores. A veces todos hablan a la vez, otras la imagen se va a negro y comúnmente los involucrados toman mal sus teléfonos y apuntan para cualquier lado. A pesar de todo ese enredo, el programa consigue entretener y generar intimidad con los llamados “rostros”. Un punto importante en estos tiempos en que la televisión se ha volcado a informar en matinales, noticieros y a través de constantes breaking news.
“Casa estudio” es una pausa a esa tensión informativa permanente. Y aunque es un programa corto —dura apenas 15 minutos— y de poca fineza técnica, su valor radica en humanizar la pantalla y a los famosos que comúnmente son vistos como personas distantes. Además, debuta en un período de transición, en el cual la televisión y el público no tienen mayores ambiciones que acompañar y sentirse acompañado mientras el mundo entero intenta combatir un virus.
En sus primeros capítulos, el espacio ha fluctuado entre los 6 y 7 puntos de sintonía, un rating que principalmente es herencia de “Contigo en la mañana”, el matinal de CHV que este trimestre ha tenido un buen desempeño.