Señor Director:

¿Quién en su sano juicio permitiría que completos extraños vigilasen a sus hijos mientras estos hacen sus tareas o están en clases aprendiendo? ¿Alguien dejaría que desconocidos registraran los trabajos, comportamiento o velocidad de aprendizaje de sus hijos, sin saber de antemano cómo será utilizada esa información? Pues eso es precisamente lo que podríamos estar haciendo al usar las plataformas de enseñanza online dispuestas por los colegios.

La respuesta a esta interrogante debiésemos encontrarla en la política de privacidad y en los términos y condiciones de dichas plataformas, pero ¿cuántos realmente hemos leído —y comprendido— estos documentos? Quizás sería más simple para todos si junto con las instrucciones que envían los colegios para acceder y aprender a usar dichas plataformas, también informaran acerca de las autorizaciones que se entienden otorgadas por el solo hecho de acceder a ellas, así como el nivel de exposición que conllevan para nuestros niños.

Michelle Bordachar
Abogada, investigadora del Centro de Estudios en Derecho Informático de la Universidad de Chile