Jürgen Mossack (Gary Oldman) y Ramón Fonseca (Antonio Banderas), socios de un estudio jurídico con base en Panamá, son los guías de esta película. Hablando a la cámara, ellos explican cómo funciona el negocio de radicar empresas de papel en los estudios de abogados de ciertos paraísos legales, como Panamá, y también Delaware, Nevada o Wyoming. Empiezan, con aire cínico, desde la creación del dinero, mientras van apareciendo en la pantalla secretos numerados que operan como los cinco capítulos del relato, cada uno con un caso diferente.
El que los articula es el primero (“Los mansos están jodidos”): Ellen Martin (Meryl Streep) y su marido navegan por el apacible lago George, en el estado de Nueva York, cuando una inesperada ola vuelca el navío. El marido muere y comienza la ordalía de Ellen para tratar de cobrar el seguro, fraudulentamente radicado en una compañía de las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves.
En el capítulo siguiente, Ellen descubre que el representante de la compañía está siendo detenido en Miami y su directora, una funcionaria del estudio que participa en 25 mil sociedades, muere en un accidente callejero. A partir de ese punto, la historia se ramifica en muchas otras, incluida las de Mossack y Fonseca, que han llegado a servir a 240 mil compañías en paraísos fiscales.
El guion se basa en el libro
Secrecy world, del periodista Jake Bernstein, ganador de dos Pulitzer por sus investigaciones en el mundo de los negocios financieros, y, en especial, en el caso de los “Panama Papers”, filtrados por desconocidos en abril de 2016. Siguiendo a Bernstein —también productor ejecutivo—, la película adopta un tono didáctico para explicar la circulación de estos endiablados negocios, desde Estados Unidos a China, pasando por Rusia y la brasileña Odebrecht.
El relato de mosaico ha llegado a caracterizar la filmografía de Steven Soderbergh, con películas que funcionan como retratos dinámicos e interconectados de situaciones complejas, como el narcotráfico, las epidemias o los negocios agroalimentarios (
Traffic, Contagio, The informant). Es un formato que maneja con destreza y sin detenerse demasiado en la coherencia de sus componentes.
Pero a estas alturas ya es un formato; es decir, un cascarón. La lavandería es posiblemente la aplicación hasta ahora más mecánica del cascarón, con su aire de comedia negra y su discurso reformista. Cuando está en su mejor nivel, Soderbergh es un director de cine. El traje televisivo no le sienta bien, a pesar de que incluso en esa sastrería pueda lograr cosas superiores a la media.
THE LAUNDROMAT
Dirección: Steven Soderbergh.
Con: Gary Oldman, Antonio Banderas, Meryl Streep, Robert Patrick, Jeff Michalski, Jay Paulson.
95 minutos.
En Netflix.