Hace unos días,
“El Mercurio” de Chile publicó una entrevista del señor Guy Sorman llamándolo un pensador francés, pero obviamente los editores del periódico no han averiguado bien sus antecedentes. El señor Guy Sorman, con doble nacionalidad, es francés y estadounidense, lo cual explicaría por qué su pensamiento es tan autocontradictorio, y su mentalidad, tan caótica.
El virus no conoce fronteras, y es el enemigo común de toda la humanidad. Ante los daños y desafíos que nos trae el nuevo coronavirus, ningún país saldrá beneficiado, por lo cual la comunidad internacional debemos trabajar mano a mano para reparar los daños causados por este virus y superar conjuntamente los desafíos. El señor Sorman ha dicho que “el gran perdedor con esta pandemia va a ser China”; entonces, ¿qué país será el gran ganador, Italia, Francia, Alemania o EE.UU.?
Las acusaciones del señor Sorman contra China no son nuevas, son nada más que copias de segunda mano, porque en boca de los políticos como el Presidente estadounidense Donald Trump, el secretario de Estado Mike Pompeo, y el asesor comercial de la Casa Blanca Peter Navarro, hemos escuchado muchas veces las frases como “China es responsable de la propagación del virus”, “el virus debe llamarse el virus chino”, o “la democracia liberal al estilo occidental y su sistema de economía de mercado son mucho mejores”. Como un pensador digno de este nombre, lo mínimo que debería hacer el señor Sorman es improvisar algo que ellos aún no han dicho.
Espero que por muy distintos que sean los sistemas, puedan servir para traer riqueza y felicidad a la gente común, y permitir desarrollo y prosperidad de la nación. Por eso siempre les presento a mis amigos la cita del difunto líder chino Deng Xiaoping: “no importa que el gato sea blanco o sea negro, mientras cace ratones, es un buen gato”. El señor Sorman insiste en observar el mundo de hoy a través de una ideología obsoleta y politizar la epidemia del coronavirus, lo cual ha mostrado lo rígido de su pensamiento, que se ha detenido en el siglo XX.
China ha luchado contra el nuevo coronavirus de manera transparente, rápida y eficiente, lo cual ha sido reconocido por los expertos de la OMS. Sin embargo, según reveló el columnista estadounidense Max Boot en su artículo en The Washington Post del día 21 de marzo, la agencia de inteligencia estadounidense había advertido en enero y febrero que el coronavirus azotaría EE.UU., pero el Presidente Trump hizo caso omiso y tuiteó el día 24 de enero diciendo que todo va a salir bien. Por negligencia del gobierno estadounidense y el propio Trump, ese país tardó dos meses en reaccionar ante la epidemia, tiempo que se habría aprovechado para producir más mascarillas y ventiladores mecánicos, diagnosticar más pacientes e instalar más camas en los hospitales.
La fuente exacta del virus aún no está clara. El director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., Dr. Robert Redfield, ha dicho públicamente que algunos fallecimientos por covid-19 recibieron en Estados Unidos el diagnóstico de muertes vinculadas con la influenza, lo cual ha despertado dudas en los medios de comunicación europeos y japoneses sobre si el covid-19 había existido en Estados Unidos. La búsqueda de los orígenes del coronavirus es la tarea de los científicos y debemos esperar el resultado de sus investigaciones.
La humanidad ya es una comunidad con destino compartido y las palabras y acciones para demonizar a China son despreciables. Echar la culpa a los demás no contribuye a la solución de problemas y es dañino.
Xu Bu
Embajador de China en Chile