Señor Director:

En Chile existen cerca de 17 mil fundaciones, las cuales trabajan arduamente en beneficio del país y el bienestar de los chilenos. Constituyen el tercer sector de la economía, el cual realiza importantes aportes en los más diversos ámbitos sociales y llegan donde el Estado no puede.

En general, son organizaciones ágiles, con poca burocracia, que pueden pilotear y llevar a cabo experiencias exitosas que, posteriormente, dan pie o definitivamente constituyen políticas públicas. Además sus intervenciones no se ven afectadas —en la mayoría de los casos— por los vaivenes político-partidistas, lo cual les permite actuar en el largo plazo y ser efectivas en sus proyectos e impacto.

Hoy, en un Chile que atraviesa por cambios trascendentales y donde tanto particulares como empresas están restringiendo sus inversiones a la espera de lo que vendrá, creemos en extremo relevante hacer un llamado a no detener la inversión social y filantrópica, pues de ello depende, en gran medida, el desarrollo actual y futuro del país.

Sería un gravísimo e irremediable error que las fundaciones se vean obligadas a cerrar sus puertas y abandonar las causas en las que llevan años de esfuerzo, con resultados tangibles, concretos, sobre todo trascendentes en el largo plazo.

Invitamos a todos quienes tienen recursos disponibles a no dejar de invertir en las fundaciones que día a día trabajan para hacer de Chile un país mejor.

Un país se compone de seres humanos integrales que no son solo razón, sino también corazón y espíritu. Eso es el real valor agregado que nos pone, como especie, en un rol que trasciende incluso a la más novedosa de las tecnologías. Nosotros podemos sentir, y eso nos hace únicos. Sigamos dando valor, sigamos apoyando, sigamos avanzando.

Alfonso Díaz
Elisa Ibáñez
Constanza Guell
Alejandra Valdés
Juan Reyes
Sebastián Molina
Matías Cartajena
Alejandra Wood
Rocío Chávez
Francisca Cruzat