Ajax de Holanda no lo ha pasado bien este año. El equipo dirigido por Erik ten Hag, que el año pasado impresionó a Europa llegando a las semifinales de la Champions League, este año fue eliminado en forma ignominiosa en los dieciseisavos de final de la Europe League por el modesto Getafe. No es todo. En la Eredivisie, el cuadro que catapultó a la gloria eterna a Johan Cruyff, si bien se mantiene en la parte alta de la tabla, ha ido perdiendo su ventaja con un par de derrotas, a lo que se sumó su sorpresiva eliminación de la Copa Holanda a manos de Utrecht.
En fin. Crisis total. O al menos, eso es lo que seguro hablaríamos en Chile. O más bien, hablamos.
Claro, si se pierde tanto es porque algo se está haciendo mal. Y deben buscarse razones. Pero en Ajax todos saben que, más allá de los resultados eventuales, de las derrotas ante rivales menores e incluso de las pérdidas de títulos, lo que le importa es mantenerse incólume en su línea de trabajo, en su proyecto. Y el hincha del equipo lo sabe.
Para Ajax, la formación de jugadores, en base a ciertos criterios que podemos denominar “científicos”, es el objetivo institucional más relevante. El cuadro holandés prepara futbolistas y DT para que sean capaces de dar saltos cualitativos importantes e insertarse en la élite. Llevar la marca de Ajax como signo de formación es un lujo que tipos como el defensor Matthijs de Ligt y el volante Frenkie de Jong lucen con extremo orgullo hoy en Juventus y Barcelona. Esa es la cara, el rostro que eleva a Ajax a ser considerado un club de lujo a nivel mundial.
Por eso es que si bien las derrotas calan hondo, no hacen mella ni menos ponen en discusión el devenir institucional. Habrá cambios, se intentará reformular, pero en ningún caso se prenderá el fósforo para quemarlo todo.
El caso de Ajax da para reflexionar. Claro, porque en el desastroso andar de los equipos chilenos a nivel internacional la pregunta habitual es cuánta plata se requiere para competir decentemente.
Error. Lo que debería estar en medio de la discusión es si realmente los equipos nacionales tienen entre sus objetivos ganar algo internacionalmente. Y si no es así, cuál es entonces su verdadera meta institucional.
Ajax quiere formar, vender, ganar títulos locales con una mayoría de jugadores formados en casa y, cada tanto, meterse alto en algún torneo de Europa.
Colo Colo, la U, la UC solo a apuestan a ganar clásicos, vender a México y pegarle el palo al gato y, en una de esas, llegar alto en la Libertadores o en la Sudamericana.
Cero plan. Miren a Ajax. Les hará bien aprender.