Aunque Cynthia Rimsky trabaja sobre hechos o datos de su biografía, no se trata de lo que se ha llamado “escrituras del yo”; en esta obra, se trata de un procedimiento mucho más complejo que la mera elaboración de las memorias y la mirada desde una primera persona. También se puede pensar que
La revolución a dedo es un trabajo en progreso e inacabable, que podría tener terceras y cuartas partes. O que forma parte de un dispositivo mucho más amplio donde destacan, por ejemplo,
Los perplejos (2009),
Ramal (2011) y sobre todo
En obra (2018). Allí las lecturas, los viajes y la vida cotidiana abren paso tanto a una mirada singular por su oblicuidad, por mirar lo que no suele verse, como a una honda reflexión sobre el trabajo de la escritura y sus variaciones a lo largo de la biografía. Tal como
En obra, esta novela es un díptico, pero lo que aquí cambia es la edad de la protagonista —que la narradora trata como personajes distintos— y no el lugar, como ocurría en la anterior. La primera parte —“El vacío”— se basa libremente en cuadernos escritos a mano, artículos escritos a máquina y cartas suyas y ajenas y correos electrónicos de 2010 sobre el viaje que una mujer de 22 años, periodista, emprendió a Nicaragua en 1984, a conocer la revolución. El segundo, “La salvada”, discurre sobre otro viaje a ese país por parte de una mujer de 47; y ambos están atravesados por la mujer de 52 años que revisó esos textos y la de 57 que le dio su versión definitiva.
Todas ellas se diferencian, desde luego, por la experiencia acumulada. Y por ahí afloran, por ejemplo, la mirada ingenua e idealista de la joven, el juicio sobre las transacciones de la transición de la de 47, el humor y la distancia de las mayores que rescatan, seleccionan y dibujan una estructura que difumina la línea temporal y que, como es característico en Rimsky, nunca se deja llevar por la tentación del lugar común. Y si bien el segundo relato es a veces difícil de seguir por el juego entre personajes y lugares (se alternan el balneario de Bluefields y la Corn Island, ambos en Nicaragua), también resalta una particular melancolía en la mirada sobre el trópico, el turismo y los frutos de la revolución, atravesada también por el humor y la ironía que desenfocan, por así decirlo, lo que narra, o que lo sitúa sobre otro tapiz de fondo, donde la idílica imagen de las playas caribeñas se transforman en un paisaje de latas, botes roñosos y mujeres que han extraviado algo, su lugar, su historia, sus ganas de buscar.
CYNTHIA RIMSKI.
Literatura Random House, Santiago, 2020. 118 páginas.