Esta es una película extraña y singular. Decir que es mala sería condenar en una etiqueta lo distinto. Esto es un relato bueno porque nos introduce con sutilezas en los ¿delirios? de una joven que sufre de singulares sueños vívidos mientras intenta ser una joven adaptada. Alison Brie nos cae bajo el hechizo de alguien que parece trastornada, pero que a medida que avanza el metraje, nos va entregando pruebas de que lo que parece ser una locura (la protagonista sueña que es abducida por extraterrestres y cree que también podría ser un clon de su abuela) bien podría ser una realidad. Se trata al final de cuentas de una película pequeña, con una tremenda actuación e ideas detrás acerca de los linderos de las enfermedades mentales. Esta pieza de cámara es pura ambientación sicológica, un pequeño enigma que metaforiza sin miedo acerca de la ¿locura? y funde en su centro los colores de la realidad y la ficción en una hermosa paleta de colores.
En Netflix.