Lo que más me preocupa de la ola de despidos en radios y televisión de estos días es el público, que tiene el derecho y el deber de informarse de la mejor manera en un mundo cambiante y confuso. La excelencia de la información que las personas reciben de los medios es uno de los pilares de la educación ciudadana. (Y aquí hay tanto paño que cortar).
Me preocupa, por ejemplo, que los seguidores de Mega no sigan contando con los comentarios de Felipe Bianchi, un periodista de formación sólida en todos los aspectos exigibles y cuya humanidad, además, me consta. Versado, con opinión propia y sin temor a expresarla, es un aporte a los medios. El público, en esa estación, ya no cuenta con él.
El remezón máximo, en todo caso, se produjo en la radio Cooperativa. Desde la dirección del programa de deportes a la parte técnica sufrieron el golpe.
Allí estuve seis años y conocí a casi todos los periodistas actuales. El jefe, Claudio Riquelme, es considerado, con razón, uno de los mejores relatores del país. Me atrevo a decir que está entre los tres mejores, al mismo nivel todos. Periodista también, agrega al relato elementos no siempre presentes en otros especialistas.
Allí también conocí al periodista que más sabe de deportes en nuestro medio, en mi opinión. Sólidamente fundamentado en lo informativo, lo histórico y lo técnico es lo que popularmente se conoce como “una biblia”. Además, José Arnaldo Pérez, el “Chasca”, suma conocimientos en otras áreas, apoyado en una memoria notable. Pero no es solo memoria, también aporta interpretación válida de los hechos recordados. Defensor extremo de la compañía, supongo que ha sufrido esta situación. Un caso.
Fue primer editor del histórico programa “Al Aire Libre”, que tampoco seguirá contando con Magdalena López, exponente de la presencia femenina en la cobertura del deporte, fenómeno ya consagrado en el periodismo chileno. Además, me permitió que, excepcionalmente, la llamara “Maida”. Para los demás, “Magda”.
No fue todo. También salió de la nómina Patricio Muñoz, el más antiguo del equipo de técnicos del programa. Cuando me estrené en una trasmisión de cancha del programa en San Carlos de Apoquindo me hizo ubicar el micrófono en una posición correcta y lo escuché decir “Algunos h… llevan 30 años trabajando en radio y no han aprendido a usar el micrófono”. El “Pato” Muñoz se las sabe todas con las teclas de las consolas y es hombre con ideas que defiende con pasión y mecha corta. Un personaje apreciable.
Y terminó su vieja relación con Cooperativa el relator y productor ejecutivo del programa, Ricardo Chávez Bruce, heredero del más puro estilo de relato. Futbolero de tomo y lomo, organizado y organizador, tanguero de lujo. Lo conozco desde hace un poco más de cien años, aunque antes de Coperativa estuvimos muchos sin contacto. No conozco a un mejor contador de anécdotas y propietario de tantas historias que se cobijan al amparo de una memoria privilegiada. Organizador de viajes nacionales e internacionales notables para la cobertura de partidos. Lo más gracioso era llegar a Venezuela diciendo que “nos mandó Chávez…”. Relator sin concesiones al recurso fácil. Un gran tipo.
Según un medio digital, el gerente de la compañía propietaria de la radio, Luis Ajenjo, habría mostrado molestia con la prensa preocupada por estos despidos “habiendo temas más importantes”. No sé si será cierto, pero, en todo caso, no sería lo peor de Ajenjo en su vida profesional.
Los despedidos, salvo Chávez, que se retira de los medios, inician un programa en Facebook. Siguen un impulso y una vocación. De eso se trata. Hasta el último día.