Aún se mantiene la palabra fixture para describir el torneo y la programación.
Desapareció el half y el wing, pero fixture sobrevivió.
Y por alguna razón desconocida, el CDF incorporó el membrete Match Day, y la gráfica y el idioma hacen temer un parecido con el canal de lucha libre donde el espectáculo es en bruto y continuado. Lo que sería una pena y acaso un cambio estético, de un CDF que se quería chileno y popular tanto en los estadios modestos como en los monumentales, para subrayar que el fútbol cruza el país, la historia y los sentimientos. Algo mucho más valioso que un simple espectáculo, aunque sea millonario y que gracias a la televisión reemplazó al circo, que en otro siglo fue el espectáculo más grande del mundo.
En lo de Match Day siempre puede haber imitación, amaneramiento y hasta arribismo.
En el fútbol, dondequiera y también en el cine, porque se anuncia la película “Parasite”, para el 6 de febrero, que en realidad es coreana: “Gisaengchung” y por tanto “Parásitos”, pero acá se piensa poco y se prefiere la traducción en inglés.
Y así, alegre y livianamente, se descascara lo que tiene un país: huella dactilar, idioma, imagen, identidad.
Puede que sea el destino y tarde o temprano nos convirtamos en parásitos de otro idioma y cultura, felices por Halloween, ansiosos por el match day del Saturday, en los baby showers, por los free flow y ahora en los bloopers.
Pero mejor volvamos de las ramas y vamos a lo que importa: el fixture de Primera División, entonces, se resolverá con dos tablas: la absoluta y la ponderada, donde cada equipo, debido al torneo inconcluso del 2019, parte con promedios distintos. Así que una es normal y la otra es la del promedio, aunque los recién ascendidos parten de cero.
Lo otro: descienden tres, los últimos de la absoluta y ponderada, pero si es el mismo equipo, en ese caso, desciende el penúltimo de la tabla ponderada. Y el tercer condenado sale de un partido único entre los penúltimos de ambas tablas.
Parece enredado, y es enredado, pero a medida que transcurra el campeonato se acomoda la carga y el entendimiento.
Tampoco hay que devanarse los sesos en exceso, porque hay situaciones incomprensibles que se entienden: Universidad de Chile no jugó, después jugó y perdió, y por eso va a la Copa Libertadores. Incluso le bastaba con el primer encuentro e igual habría ido a la justa internacional: sin jugar.
En la Liguilla por el Ascenso los clubes que se clasificaron el 2019, jugaron la liguilla 2020 con otros jugadores. O sea que compitieron con un equipo y coronaron la liguilla con otro. Algunos de esos jugadores, incluso, a lo mejor se van y eso implica que fueron contratados solo para la liguilla. Igual no, pero igual sí. Todo es posible.
Mejor hagamos un break.