Con entusiasmo y un poco de vehemencia, quisiera recomendar una visita a la exposición “Casa Chilena”, en el Centro Cultural La Moneda, que tiene como curadores a los arquitectos Pablo Brugnoli, Francisco Díaz y Amarí Peliowski. El mero concepto de “casa chilena” nos remite generalmente a un asunto de estilo. A un tipo tradicional y medio campestre que probablemente visualizamos todos más o menos de forma parecida. Y cuando hablamos de exposiciones de arquitectura, tendemos a imaginar lo contrario: una colección de bellas cajitas semividriadas lanzadas con gracia sobre el paisaje y que, en lo posible, se encuentren en las antípodas de la teja y la rueda de carreta. Esta exposición no es ni lo uno ni lo otro. No es una vitrina de obras ni de formas típicas, sino una reflexión sobre la historia local del problema más elemental de la arquitectura: el construir un cobijo que nos permita habitar en un medio hostil.
Y resulta especialmente pertinente en este momento, cuando nos vemos enfrentados a una crisis que se origina en el espacio urbano y sus patentes injusticias y desigualdades. Nos hace ponernos de frente a nuestra historia y pensar desde nuestras casas, desde nuestros espacios, para hablar de dignidad. El problema de la vivienda ha coprotagonizado la historia política y social de nuestro país, con aprendizajes, lucha, reconstrucción, inventiva, éxitos, orgullos y vergüenzas. En la exposición se puede recorrer desde las políticas ejemplares de la Cormu a la mercantilización a ultranza de los desarrollos inmobiliarios más infames; desde la ruca al studio, pasando por el DFL 2 y la mansión palaciega. Y permite reflexionar, por ejemplo, acerca de cómo la propiedad se ha constituido históricamente en el patrimonio por excelencia de la clase media, siendo herencia, seguro de salud, educación de los hijos y esperanza de surgir.
Planos, maquetas, obras de arte, revistas, cuñas audiovisuales. Cada una de las 300 piezas exhibidas podría ramificarse y dar apoyo a una conversación muy larga y necesaria acerca de cómo hemos vivido y cómo viviremos; cómo viven los unos y cómo viven los otros. Las formas particulares y diversas en que ocupamos nuestras casas, los múltiples sueños que hemos proyectado sobre ellas y las respuestas que como país hemos dado. Ya que estamos puestos a construirnos una casa nueva para todos, esta exposición nos puede ayudar a empezar a hablar de arquitectura.