Con más de ochenta años, Edna O'Brien, “la gran dama de las letras irlandesas”, viajó a Nigeria a entrevistar a mujeres adolescentes que habían sido secuestradas por el grupo yihadista Boko Haram, que se identifica —pues todavía está activo— con el Estado Islámico. Viajó por el país, habló con las jóvenes y con muchas otras personas. Conoció historias terribles. Un médico le narró detalles que permanecían secretos y que ellas, las víctimas, nunca le iban a revelar. Ahí decidió, dice en la nota de agradecimientos, que “el único método válido era dar voz imaginaria a muchas personas a través de una visionaria chica concreta”. “Chica” es una palabra estrechamente ligada a O'Brien. Sus tres primeras novelas, que causaron un enorme escándalo en Irlanda, se llaman
Las chicas de campo, Chica de ojos verdes y Chicas felizmente casadas, y sus memorias, La chica de campo (titulado igual que su primera novela, pero en singular). La reacción en contra se debe a la dureza de su retrato de la Irlanda rural, bajo el dominio coercitivo de la Iglesia católica. Todas están protagonizadas por los mismos personajes, Kate y Baba, en el tránsito desde la vida rural hasta el matrimonio —no feliz, por cierto— en Londres. “Es la historia de dos chicas, pero en realidad narra la historia de la Irlanda de esa época”, dijo en una entrevista.
El procedimiento es similar al de esta novela: aunque cuenta la historia de Maryan, la mirada de la autora va mucho más allá. No se adentra en explicaciones contextuales; simplemente narra la ferocidad de la vida de esas niñas arrastradas a la fuerza, botines de guerra, cuerpos para dominar y negociar, posibles esposas de los guerreros (y Maryan es una de las escogidas para ello). La violación colectiva es un arma de sometimiento, una estrategia militar (tal como lo fue, por ejemplo, en las guerras balcánicas), y la vida de las secuestradas en el bosque es un interminable sufrimiento, hasta que, cuando el ejército bombardea el campamento, Maryan, su hija Babby y su mejor amiga, Buki, logran escapar. Pero no ha terminado allí todo; a su regreso, tras una impresionante carrera por ambientes hostiles, la protagonista deberá enfrentar los prejuicios y decisiones de su entorno. O'Brien intercala, a lo largo del libro, otras historias que enriquecen el relato con nuevas perspectivas sobre el sufrimiento de la gente en un país asediado por el fundamentalismo. La dura historia, en todas sus facetas, muestra cuánto resta por avanzar en la lucha por la dignidad de las mujeres, no solo en Nigeria, sino que en todas partes.
EDNA O'BRIEN
Lumen, Barcelona, 2019. 226 páginas.