En medio del movimiento social que ha transformado a Chile y ha obligado a suspender muchas actividades, Santiago a Mil no ha dudado en realizar su festival, con algunos cambios pero con igual estructura fundamental. En un acto que se ha considerado simbólico, se han atrevido a inaugurar y programar varias obras en la nueva sala de actos del Instituto Nacional.
Ser seleccionadas para el festival es una importante distinción para las compañías nacionales. Con justa razón, Tryo Teatro Banda ha recibido un trato especial, durante todo el festival llevará su obra “Tragicomedia del Ande” a Antofagasta, Mejillones, Peñaflor, Rancagua, Quilicura, La Granja, Pedro Aguirre Cerda, La Pintana, y al Centro de Extensión del Instituto Nacional. La traición de los conquistadores Pizarro y Almagro al Inca Atahualpa al apresarlo, matar a su comitiva en una cena de amistad, y luego no respetar el acuerdo de liberarlo después de llenar una pieza con objetos de oro, es resaltada con coreografías, música de instrumentos andinos y de un conjunto de cámara, y una muy buena actuación de todo el elenco, en el que sobresalen Francisco Sánchez que interpreta a Francisco Pizarro y María Izquierdo, que hace una dorada y esplendente representación del Inca Atahualpa.
Otro trabajo notable es el del actor de Butoh Álvaro Pizarro con su obra “Árbol”. Comienza como ovillo o semilla pegado al suelo, luego se yergue como planta y crece hasta convertirse en árbol mecido por el viento. Así se incorpora al bosque y, como todo ser vivo, luego declina y cae. Es una precisa síntesis del ciclo de vida y muerte, expresada sin palabras y con la fuerza que exige el butoh.
Dos de los conjuntos extranjeros han traído temas cruciales para el tiempo actual. “Farm Fatale”, del director francés Philippe Quesne, nos coloca en una granja en la que, por la depredación humana, la vida se ha extinguido. Sólo quedan unos espantapájaros que guardan retazos de la memoria de tiempos pasados. El tono no es apocalíptico sino amable y hasta gracioso: los “espantapájaros” recuerdan con nostalgia el bello canto de los pájaros del lugar. Miran con un telescopio a una granja vecina y ven con indignación que allí continúan con el letal manejo de los campos. Con ingenuidad al final todo se resuelve en un canto al amor. Con mirada positiva se la ha interpretado como una obra para público infantil, pero no está planteada con ese sentido.
El actor y dramaturgo libanés residente en Alemania Rabith Mroué trae cuatro presentaciones que reflexionan sobre la deplorable realidad del mundo actual. Es teatro documental. “The pixeleted revolution”, que se dio solo una vez, ilustra la tendencia actual de registrar todo en fotos o videos desde un celular y luego subirlo a las redes sociales. Admira a Mroué que los sirios filmen sus propias muertes y que eso incite a más violencia. Y también advierte que lo que parte como un hecho verdadero, puede convertirse en manipulación y engaño. Su tesis es que la verdad y la mentira están separadas solo por un pelo. En “Sand in the eyes” da un paso más, las imágenes de violencia fueron usadas por grupos terroristas para captar extremistas islámicos. “Looking for a missing employee” es una charla en la que comenta recortes de diarios a través de los que fue investigando la desaparición de un modesto empleado del Ministerio de Finanzas a quien las autoridades culpan de robar cientos de millones de libras libanesas y huir. Es un caso concreto, pero muestra una práctica de las policías en todo el mundo, se inventa un culpable para cerrar la investigación y luego lo hacen desaparecer. Lo teatral de esta charla ilustrada es que utiliza una serie de juegos, en la mesa central no se sienta nadie, el actor se instala atrás en la platea y una cámara proyecta su cara en una pantalla sobre la mesa. Simula equivocarse al mostrar los recortes de diario, hace graciosos comentarios a las noticias, está y no está en la presentación y al final él desaparece de la platea pero en la pantalla seguimos viendo su cara que nos mira sin despedirse ni dar por terminada la función. Es a la vez gracioso e inquietante, es otra muestra de la que verdad y la mentira se entremezclan. Su cuarta obra “Borborygmus” aún no se estrena.
Santiago a Mil no solo no ha suspendido el festival ante el estallido social, actúa con la convicción de que hace un real aporte a la comprensión de los problemas actuales. El arte en todas las épocas ha aportado visiones certeras sobre su tiempo; en sus expresiones mejores, ha mostrado lenguajes e interpretaciones que después se ha visto que eran anticipaciones. En sus actuales formas desestructuradas, fragmentarias y post dramáticas, el teatro viene mostrando desde hace tiempo la crisis actual.