Fue una larga charla con Raúl Coloma.
Es que tiene tanto que contar. Imagínese: jugó hasta los 47 años y luego, en julio, cumplirá 92. Y tiene buena memoria y le gusta hablar. Hay para un buen rato conversando…
Está contento porque a fines de año fue premiado y como es hombre agradecido recuerda los momentos y a las personas. El premio del Círculo de Periodistas Deportivos lo emocionó y tiene palabras de aprecio para el presidente, Danilo Díaz. Y en la hermosa jornada anual pudo hablar largo con José Pedro Fuenzalida: “Un caballero. Me escuchó con atención y me habló con respeto, algo que ya no se ve en los jugadores de hoy”. Y aprovechó de recordarle a Gustavo Huerta, el periodista, que jugó con su abuelo en Ferrobádminton. (Yo solo sabía del colega y de su padre, el exjugador y hoy entrenador, pero nada más. Y Coloma se acuerda de una formación de 1951. Notable).
Antes, en octubre, había sido premiado por La Tercera y su reconocimiento alcanza al periodista Ramón Reyes, organizador de la jornada, y en su recuerdo están Humberto “Chita” Cruz, Leonel Sánchez y otros astros de menos edad que él.
Todo le costó a Raúl Coloma. Siempre quiso estar al arco, desde el Población Delicias, aunque su padre, don Ernesto, lo quería de goleador. Y empezó a atajar formalmente en la Unión Española, pero sin ninguna posibilidad de jugar, pues en el arco rojo estaba, inamovible, el gran Hernán Fernández. Complicado, porque su suplente debía pedir permiso en el trabajo dos veces por semana y no se los pagaban. Así es que buscó otra opción y llegó a Ferrobádminton cuando recién se producía la fusión entre Ferroviarios y Bádminton.
Fue un “tiznado” siempre, porque luego fue funcionario administrativo de Ferrocarriles. Eso lo hacía ser muy responsable pues debía estar temprano por las mañanas en su empleo. Nunca bebió ni fumó. (Y ojo, que en esos tiempos los jugadores bebían mucho más que en la actualidad. Lo digo yo, no Raúl Coloma).
En 1957 tuvo su mejor año, según la crítica, aunque siempre bordeando el descenso. Y dos años más tarde fue quien reemplazó a Sergio Livingstone el día del retiro del “Sapo”, protagonizando el histórico 4-2 sobre Argentina, primer triunfo chileno en este duelo.
Era su gran momento y en 1960, ya con cinco años en la Selección, partió a Europa en la gran gira comandada por Fernando Riera.
No fue una carrera larga en el seleccionado. Más tarde volvió al amateurismo para regresar al profesionalismo y retirarse en 1975. Seguí viéndolo por años, en distintas actividades, y en su profundo duelo tras la partida de Elba, compañera de toda una vida.
Aunque fue “quitado de bulla”, por su calidad humana Raúl Coloma es para mí un personaje inolvidable.
PD: Con él abrimos el año cuando ya terminó el “estallido social”, pues el Sifup y la Garra Blanca permitieron que se jugara en la Noche Alba. Lo impedían porque respaldaban las demandas sociales. O sea, ya fueron satisfechas.