Estamos hace dos meses y medio sin fútbol contante, nuestro y sonante.
Son 80 días de quejumbroso ayuno.
Sin espectáculo ni programa y sin la pelotita rodando ni torneos y sin siquiera amistosos para tirar las piernas y ver cómo viene la mano: buena, por supuesto, porque antes de empezar a jugar un campeonato todos los equipos son ganadores. Es cuando mejor se ven, en la imaginación del hincha.
Nos estamos secando por la escasez hídrica y futbolística, donde lo primero que se seca es el seso, por supuesto, y eso explica que aumenten las tonterías, la pérdida de tiempo y el hablar porque no hay otra.
Ahí está el tema de Arturo Vidal y su destino incierto, y qué le conviene y qué le perjudica, y donde estaría mejor e incluso más feliz. ¿A quién le puede importar? A él no más. Sin embargo permanecemos sumergidos en el mismo barro: si Barcelona, donde podría levantar la Champions (el sueño que le falta, dicho en cursi), o mandarse a cambiar al Inter de Milán, donde no saldría de los titulares.
Hipnotizados por sus “twitters” que hacen temblar las certezas y le colocan hervor a los comentarios de pitonisos y augures. Si escribe “siamo pronti per domani”, hay una señal lingüística de lo que quiere: Italia y se va. Si escribe “de vuelta a casa” en un entrenamiento en el Barcelona, además el primero del 2020, la indicación es nítida: se queda.
Y las modificaciones en el plantel son señales hasta paranormales, traducidas por los que saben: Iván Rakitic, el croata, se iría vendido, por su juego aburrido; y el histórico Sergio Busquets, podría ser reemplazado por alguien más viejo como el chileno.
Que un helicóptero sea un tema futbolístico, es una prueba de lo dicho tan al comienzo: es demasiado prolongado el ayuno líquido y seco de fútbol. Estamos en las últimas.
Utilizó un Robinson R66, con turbinas Rolls Royce, para llegar al Monumental, y el vuelo para viajar de San Clemente a Santiago —con el fin de acompañar a Rodelindo Román, que subió y fue campeón— dejó un reguero de guirnaldas y comentarios opuestos, porque algunos vieron una profunda insensibilidad social y otros no más que el vuelo de un jugador millonario.
¿Se habrá cambiado de clase o seguirá en la misma clase de antes?
¿Descubra, por favor, las 7 diferencias entre Arturo Vidal y Andrónico Luksic, su amigo que estuvo en el estadio?
¿Debería seguir en el poderoso Barcelona o irse al Inter de Milán, que también es poderoso, pero nunca tanto?
Dime que me amas Junie Moon.
Necesito el bálsamo de Galaad.
¿Cuál es la suma para la línea?
Que estamos enfermitos, haciendo tiempo, escribiendo tonteras y hablando leseras.
Ya se nos pasará.