Cuando el Consejo de Presidentes decidió, por mayoría, suspender el campeonato y congelar las posiciones, Unión Calera fue el Chile 4. Como para modificar las bases del torneo se requería quorum, un par de días después, tras un intenso lobby, se consiguió el objetivo: se mantenían 32 equipos profesionales, los dineros se repartían de la misma manera y se llenaban sin problemas los cupos internacionales. Faltó poco para que se abrazaran, olvidando que apenas unos días antes, con presencia del Sifup y entrenadores y gerentes técnicos, una foto histórica había sellado el acuerdo de jugar el final del campeonato, “en la medida de lo posible”.
Tras las amenazas de Wanderers de ir al TAS y a la justicia ordinaria, otro rápido acuerdo selló el ascenso de los caturros y una liguilla enorme para dirimir el segundo equipo en sumarse a Primera. Se hicieron acomodos extraños para que la torta fuera la misma, repartida de la misma manera, sacaron un par de conejos del sombrero (los tres grandes jugarán amistosos en el Puerto, como si fuera tan fácil) y todos tan contentos. Pero se les quedó el Chile 4, que ya no era de Calera, que amenazó con ir al TAS.
La U, que no quiso jugar la parte final del campeonato, sí estuvo de acuerdo en jugar la definición de la Copa Chile, y si no se lo permitían, amenazó con ir al TAS. La Unión Española, que estuvo de acuerdo con jugar la final del torneo, pero no quiso jugar la definición de la Copa Chile, amenazó con ir al TAS. Para ahorrarse problemas, el Consejo le pasó la interpretación de los reglamentos a la Federación, que, tras reunirse, declarar sandeces y comprender que el zapato le quedaba grande (porque las bases no eran claras), le entregó la decisión al directorio de la ANFP.
El directorio de la ANFP, que había hecho lobby para encontrar los votos para congelar el campeonato (matándolo) esta vez consideró pertinente jugar la definición, aunque no dejó claro si era como parte de la finalización de la Copa Chile o sencillamente como una definición. Además, si antes había señalado que la Conmebol no daba más plazos, ahora festejaba que en Asunción estaban dispuestos a esperarnos… hasta el 20 de enero. Flor de prórroga.
La decisión la tomaron sin consultarle a los clubes, obvio (porque son parte interesada), pero tampoco a los otros semifinalistas. Una vez comunicada la decisión, la Universidad de Chile —que fue penúltima en el torneo por decisión de la propia ANFP,tras validarse el empate inconcluso entre Calera e Iquique— y la Unión Española —que perdió en cancha su opción a clasificar en esa misma fecha interrumpida— se dedicaron descalificaciones mutuas por hechos presentes y pasados y los rojos mantuvieron a firme su decisión de ir al TAS.
Estamos a 16 de diciembre, mañana es el sorteo de las clasificatorias y de las Copas internacionales, no sabemos cuál es el calendario ni la planificación del fútbol chilenos, ni las bases del próximo torneo, ni la cantidad de clubes que participarán. Y tampoco sabemos, por supuesto, quién será el Chile 4, si habrá un Chile 4 o si la Conmebol nos quitará el Chile 4. Es más: no sabemos ni la fecha ni el contexto en que se jugará el Chile 4; si en el marco de las semifinales de Copa Chile o sólo como partido definitorio.
Lo que sabemos es que el cuco existe, y se llama TAS. ¿Podrá un particular recurrir a él para que nos salvemos todos de tanta inoperancia?