Bettina Perut e Iván Osnovikoff se instalaron con propiedad en el campo del documental chileno hace ya 17 años con
Un hombre aparte, una sorprendente y cruel investigación sobre la decadencia de un promotor de boxeo legendario. Siempre preocupados de elaborar su identidad artística por oposición a las que ya existen —como la indagatoria deliriosa de
La muerte de Pinochet—, a la fecha acumulan ya ocho largos, aunque ninguno ha tenido un recorrido tan exitoso como
Los Reyes.
De nuevo es una búsqueda periférica, incluso elusiva: habiendo partido de los
skaters que se reúnen en torno a la pista del parque Los Reyes, en algún punto decidieron desviarse de los habitantes humanos para concentrarse en dos perros vagabundos, Fútbol y Chola, que pasan sus días en ese espacio abierto convertido en su territorio. Para subrayarlo, Chola ladra a los animales y motonetistas que lo atraviesan, mientras Fútbol se procura toda clase de desechos para mantener su mordida.
Fútbol es hacendoso y parece siempre alerta, como un perro ya viejo. Chola es lúdica, perezosa y juvenil. Por supuesto, estas “personalidades” nacen ante todo de la cuidadosa selección de imágenes de los cineastas y solo tal vez de lo que han sido en la realidad. Perut y Osnovikoff son cineastas del montaje, no del
reality. Sin embargo, no se trata de un esfuerzo de humanización —la caracterización no va tan lejos—, sino de una muy básica diferenciación de identidades.
La operación más inquietante es la contraria: la deshumanización de los skaters que nunca se ven, pero que no hablan sino de drogas y maltratos familiares. Son adolescentes tardíos que solo quieren “seguir andando” (en skate), “hacer un
indoor” (cultivar marihuana en interiores) o producir “comida canábica”. Viven en la marginalidad y no encuentran el modo de ajustarse a una sociedad hostil. Cuando uno narra que fue llamado “perro c…” por su abuela, la conexión con Fútbol y Chola salta como un escalofrío.
Perut y Osnovikoff no insisten en la analogía. No es necesario. De ahí en más, la película inicia una especie de disección del espacio: al establecimiento geográfico (el parque, el barrio, la ciudad) sigue el ciclo estacional, la exploración en los cuerpos de los perros y luego un ingreso al mundo ínfimo de los insectos que visitan esos cuerpos. Hay una muy rara dinámica de relaciones entre esos espacios que cambia la trayectoria narrativa de la película, a pesar de su esfuerzo por volverse más y más sentimental.
El resultado es incómodo, perturbador. La ternura de la historia canina contrasta con la crueldad visible del submundo entomológico y la perceptible del mundo de los jóvenes, dos formas polares de la depredación por la supervivencia. El reinado de
Los Reyes está lejos de ser tranquilizador. Y ese es un nuevo triunfo del documentalismo descentrado e inconformista de Perut y Osnovikoff.
LOS REYESDirección: Bettina Perut e Iván Osnovikoff.
Voces: Sebastián “Negro Seba” Añigual, Paulina “Pauly” Herrera, Sebastián “Chico” Alcalde, Tomás “Wence” Alul. 75 minutos.