Una película colosal. Hace tiempo que no se podía decir esto de ninguna película. Pero la magnitud de esta cinta de Scorsese desborda casi todo lo reciente, y desborda desde luego cualquier pantalla de televisión. Es una película de cine y para cine. Quien pueda, debe ver
El irlandés con urgencia en una sala de cine antes de que sea reducida, quizá para siempre, a una mercancía más de las pantallas domésticas.
El irlandés es la historia de Frank Sheeran (Robert de Niro), un camionero que desde los años cincuenta hasta los ochenta estuvo en los altos círculos de la mafia como protegido del capo Russell Bufalino (Joe Pesci) y de su mandante mayor, Angelo Bruno (Harvey Keitel). Durante muchos años, el trabajo de Sheeran consistió en acompañar en nombre de la mafia a Jimmy Hoffa (Al Pacino), el líder del poderoso sindicato de los camioneros. De paso, la película se permite imaginar lo que le ocurrió a Hoffa cuando desapareció en 1975, en una secuencia que se extiende por casi media hora, una de las descripciones más minuciosas de un crimen en el cine.
Es un relato ordenado en capas, que repasa la segunda mitad del siglo XX de Estados Unidos a partir de dos
raccontos superpuestos, el primero de los cuales arranca con un Sheeran ya anciano, recordando sus secretos mientras aguarda la muerte. Aquí están el pecado, la traición, el juramento, el castigo, la redención, las bodas y los funerales, el ascenso y la caída, en fin, todos aquellos temas que han formado el universo de Scorsese, con esa combinación única de fascinación y sanción moral que da a sus obras una densidad virtualmente teológica.
El irlandés trata de todo eso, pero trata sobre todo de la vejez y la declinación hacia la muerte. En ninguna película anterior de Scorsese se encuentra una reunión tal de personajes decrépitos, cargados de tantos crímenes como años, encarnados además por los rostros históricos de su cine (De Niro, Pesci, Keitel, Pacino), como una confesión en sordina de que esto trata también de una vejez más propia. Por ellos pasan Las Vegas, bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, el asesinato de John F. Kennedy, la elección de Nixon, Watergate, la guerra en Kosovo, una lista de violencias históricas que resuena como un eco distorsionado de lo que ha pasado en las noches de Little Italy, Delaware o Detroit.
Como en una verdadera
summa testamentaria, Scorsese pone en movimiento la majestuosidad de su estilo: los largos
travellings sinuosos, los contraplanos en escorzo, los
ralentis, el montaje sincopado y nervioso, la cámara-personaje, el encuadre inesperado y perfecto, el ritmo endemoniado de los detalles.
El irlandés es una maratón de tres horas y media, pero no parece haber un minuto que le sobre.
Eso es lo que configura a un coloso de película.
The IrishmanDirección: Martin Scorsese.
Con: Robert de Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel, Ray Romano, Anna Paquin.
209 minutos.