La parte medio vacía del vaso, en esta crisis que ya cumplió tres semanas, es bastante obvia: la violencia. Eso dejará una secuela larga, que tomará años reparar. Habrá rencores y miedos crónicos.
Pero mi tarea aquí, como cada domingo, será buscar el lado medio lleno del vaso. Para no deprimirnos tanto.
Veamos qué encontré esta semana:
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El nuevo ministro Briones. Sea cual sea el desenlace de este conflicto, creo que el ministro de Hacienda quedará instalado como un líder nacional. Y eso es una buena noticia. Tiene los que parecen ser los atributos esenciales para un dirigente de la nueva era: cero cuico, inteligente, con conocimiento técnico, sencillo en el trato, hablamiento de corrido y en simple, valentía. Eso de bajarse del auto a hablar con los camioneros en la carretera y terminar entre aplausos fue como una de esas escenas de reality show extremos en que los protagonistas compiten por hacer actos demenciales para poner el pellejo en riesgo.
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Antihistamínico gratis. Mucha gente sufre de alergias en esta época del año. Sobre todo quienes viven o trabajan en Providencia y sus alrededores, donde está repleto de plátanos orientales. Es mi caso. Y déjenme decirles que esta temporada no he sentido los efectos de la alergia. Eso me tiene perplejo. Los científicos tendrán que estudiarlo, pero tengo la impresión de que son los gases lacrimógenos. He convivido con ellos toda esta semana y se me metió en la cabeza que actúan como antihistamínico. Gratis. Puede ser un efecto placebo, dirán ustedes, tan sagaces siempre. Sí, puede ser. Pero igual me ha servido.
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El pique de Evelyn Matthei. Me reí tanto con el carrerón que se pegó el jueves la alcaldesa de Providencia para huir de los periodistas, que esa noche por primera vez dormí de corrido desde que partió todo el viernes 18 de octubre. La secuencia es tan maravillosamente hilarante, que la primera vez que vi el video de la escena pensé que era un
spot creado por una agencia de publicidad. Pero era real. Y eso me dio todavía más risa. Gracias, Evelyn. Su momento de locura temporal le hizo muy bien a mi propia salud mental.
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El sol después de la tormenta. No. No hablo de la luz al final del túnel. A eso le queda un buen rato todavía. Me refiero a que el chaparrón más duro creo que pasó y que la salida del sol ha permitido ver y sobre todo distinguir quién es quién en estos momentos. Estamos empezando a ver a grupos distintos que se dejan ver con nitidez, ya no tan mezclados en medio del caos. Hemos visto a los violentos sin causa y a los violentos con causa. Hemos visto a los políticos extremistas que tratan de aprovecharse de la calle, de secuestrarla, para luego exigir un rescate que solo los beneficiará a ellos. Hemos visto a los que secretamente amparan el desorden, el odio y la violencia. Hemos visto a los genuina y legítimamente angustiados e indignados. Y a los que se hacen los indignados para no pagar el tag o para que les den un perdonazo en la tarjeta de crédito. Y a otros que enumeraré después. Es que creo que nunca está mal saber quién es quién. Porque cuando todo esto pase, ya no habrá baile de máscaras. Y eso me parece bien. Porque lo bueno es que de lado y lado he visto rostros inesperadamente gratos (y también de los otros).