El título en inglés de esta colección de cuentos es
Days of Awe, y ese segundo sustantivo se define como “un sentimiento abrumador de reverencia, admiración, miedo, etc., producido por aquello que es grandioso, sublime, extremadamente poderoso o similar”, lo que en castellano expresamos, por ejemplo, como “temor de Dios”. No es miedo solamente, sino también asombro y respeto por algo que nos excede ampliamente. La explicación viene al caso porque Homes, con su característico humor negro, articula los relatos en torno a situaciones que pueden ser desconcertantes, anómalas e incluso aterradoras, pero siempre desde el ángulo cotidiano. Lo que hace temibles los días es el pasmo ante la existencia y los giros brutales que pueden desencadenarse en vidas comunes y corrientes, aunque también trabaja esos momentos en que la historia parece decantarse y fluye con violencia todo lo que estaba contenido por la costumbre y la paciencia. El primer cuento es ejemplar en esta línea: un grupo de amigos veranea ya por décadas en el mismo lugar y uno de ellos, cirujano plástico, detesta a su hermano mayor, pero mantiene ese sentimiento a raya hasta que una sucesión de hechos banales supera la contención y desata la violencia.
Dos relatos largos ilustran muy bien el tono general del libro: “Días de ira” y “Museo Nacional de Pájaros”. En el primero, la protagonista, Lisa, escritora de una exitosa novela sobre el Holocausto, va a una convención académica sobre el asunto, donde se encuentra con un antiguo amigo que ha sido corresponsal de guerra en los lugares más conflictivos del planeta y, al participar en un panel, es duramente criticada por una sobreviviente por contar una historia que no le ha ocurrido a ella. “¿Qué derecho tiene usted a contarla? Es un insulto”. Por su parte, Lisa confronta al corresponsal porque, testigo de hechos atroces, sostiene que está allí “para observar e informar, no para interferir. Soy un testigo”. Pero los tres están en esa calidad y el juego entre sus distintas aproximaciones es interesantísimo, imbricado siempre con sus historias vitales. El segundo cuento reproduce conversaciones en un chat dedicado a los pájaros, con tipografías distintas para cada participante. Llevan la voz cantante un soldado destacado en el Medio Oriente cuya tarea es desactivar bombas y una chica sumamente desvalida que encuentra refugio en la banalidad. Las chispas que saltan de esos intercambios en un espacio sin cuerpos son, sí, aterradoras.
A.M. HOMES
Anagrama, Barcelona, 2019. 304 páginas.