Esta recopilación de relatos, que contó con el apoyo de ONU Mujeres, tiene su eje central en la frase del título que alude a la permanente inseguridad de las mujeres en las calles (pero no solo en ellas). Las editoras, Alejandra Costamagna y Carolina Melys, abordan por separado esa relación de las mujeres con la calle, “siempre problemática”, que se expresa desde el lenguaje hasta las leyes no escritas que tantas mujeres han aprendido a ejecutar. “Avisa cuando llegues” apunta precisamente a la fragilidad y a la inseguridad; no es lo mismo un cuerpo masculino que uno femenino a la hora de vadear los ríos urbanos. Ambas celebran que las mujeres estén saliendo a las calles a manifestarse, a provocar una toma de conciencia sobre la necesidad de profundos cambios sociales. “Que la vuelta de la esquina, algún día, deje de ser oscuro manto y se vuelva tierra liberada de miedo”, escribe Costamagna; “que caminar libremente sea un derecho”, cierra Melys. Para abordar el tema convocaron a 25 mujeres, poetas, narradoras, dramaturgas, ilustradoras, cineastas, de distintas generaciones. Esa diversidad se manifiesta claramente en los distintos formatos, que van desde la poesía a la cueca, desde el relato autobiográfico al guion para un corto de cine.
Precisamente lo más interesante y atractivo del libro es la variedad de estrategias textuales adoptadas por las autoras para expresar una realidad tan indiscutible como fácil de reducir a clichés y consignas. Poco de eso hay acá. Al contrario. Destacan, entre muchas otras voces, el breve relato que incluye solo palabras que contienen la “a” como única vocal, un cuento musical y preciso que no elude verbos terribles (Yosa Vidal); un guion de cortometraje muy bien logrado que contrasta fuertemente con los comentarios y consejos del profesor hombre que lo evalúa (Alicia Scherson); las frases recogidas en el Archipiélago de Chiloé por Rosabetty Muñoz, que muestran una historia de violencia ejercida tanto por hombres como por mujeres; la discusión, en un marco narrativo, entre referentes del feminismo (Lina Meruane); las décimas (y cuecas) de Ana María Baeza y María Antonieta Contreras, formas tradicionales que pueden abrazar nuevos contenidos; el videojuego como escenario de violencia y dominación (Mónica Drouilly). Y así sucesivamente, en verso y en prosa, 25 obras que desde “una primera persona plural que no deja de crecer” reivindican una palabra “que sea calle y cambio”.
CAROLINA MELYS Y ALEJANDRA COSTAMAGNA, EDITORAS
Editorial Bifurcaciones, Santiago, 2019.
191 páginas.