Semana corta y dos entrenadores que pierden su trabajo.
Francisco Meneghini no quiso firmar el contrato de renovación que Unión La Calera le proponía, tampoco dejar a su representante y unirse a la escudería de Christian Bragarnik, hombre fuerte del club, a pesar que los papeles afirman que los dueños son los hermanos Ricardo y Sebastián Pini.
La buena campaña, reflejada en la propuesta y estar en puestos de acceso a la Copa Sudamericana, torneo donde avanzaron una ronda al eliminar a Chapecoense y quedar eliminados por penales ante Atlético Mineiro, no bastaron como argumentos. Se esgrimió una corta mala racha, ilustrada en la derrota como local ante Deportes Antofagasta, para sentenciar a “Paqui”.
La situación de Gustavo Díaz nunca satisfizo. Everton fue un cuadro irregular desde el comienzo. Dependió en exceso de anotar el primer gol para aprovechar la velocidad de sus atacantes, aunque la derrota definitiva ante Cobresal refuta el argumento. La lesión de Gonzalo Freitas resultó clave, a la que se sumó la marginación de Juan Cuevas por la rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha. La lesión de Maximiliano Cerato agravó la crisis en el ataque, donde Álvaro Ramos ratifica su irregularidad.
Universidad de Chile en dos ocasiones, Deportes Iquique, Antofagasta, Unión Española, Huachipato pasaron por el trance que vivieron caleranos y ruleteros cuando el torneo completó 21 jornadas.
En algunos casos se alargó la agonía. Gerardo Ameli en los “Pumas”, a partir del conflicto con el arquero Agustín Rossi, no encontró el rumbo y pareció que luego de la derrota ante Colo Colo el ciclo estaba finalizado. En los tres partidos que vinieron, más el interinato de los ayudantes del rosarino, podrían estar los puntos para la salvación. Un caso similar vivió Unión Española, donde las matemáticas y una seguidilla inicial de seis triunfos maquillaron el proceso de Fernando Díaz. En Santa Laura también demoraron una determinación evidente.
En el caso de Deportes Iquique, Pablo “Vitamina” Sánchez quedó preso de un conjunto mal armado, con muchas carencias, en especial de tres cuartos de cancha en adelante. Lo heredó Jaime Vera, quien se hizo fuerte de visita, pero no se afirma en casa. No se puede obviar en este caso la demora en la entrega del estadio “Tierra de Campeones”, por parte de la constructora Icafal y el Ministerio de Obras Públicas. Si los “Dragones Celestes” bajan, ahí tienen dos cómplices.
En Huachipatoextrañó el finiquito de Nicolás Larcamón, pero el paraguayo Gustavo Florentín optó por un modelo más directo. El guaraní tuvo la fortuna que en su retorno al arco, por la expulsión de Yerko Urra ante Audax, Gabriel Castellón reflotó el proyecto que irrumpió en Wanderers.
¿Y la U? Un caso distinto, con tres entrenadores, donde hubo de todo, menos cordura. Apresurar la salida de Franz Kudelka, con una pésima llegada de Alfredo Arias, agudizó los problemas. Inmersos en un terreno que desconocen, Hernán Caputto y sus jugadores son los protagonistas de un drama que concluye el 8 de diciembre.